La reanudación del proyecto minero Tía María, de Southern Perú Copper Corporation (SPCC), es una de las mejores noticias, en cuanto a inversiones, que se ha visto en lo que va del año. Diversas autoridades, desde el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, hasta el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, han destacado su rol como posible gatillador de nuevas inversiones privadas. Todo indica que, finalmente, luego de 30 años, el proyecto iniciaría.
LEA TAMBIÉN: Vientos favorables empiezan a soplar
En el Perú nos urgen más anuncios de este tipo. La última inversión minera de gran magnitud ocurrió con la mina Quellaveco, de Anglo American, cuyo inicio de obras se dio a conocer en agosto del 2018 (y su producción empezó en el 2022). La minería es una actividad que moviliza inversiones. Los US$ 1,400 millones que representan Tía María seguro llegarán acompañados de otros varios más que dinamizarán la economía de la provincia de Islay y la de todo el país.
Hay optimismo ante este proyecto minero. Los ministros Rómulo Mucho y José Arista (titular del Ministerio de Economía y Finanzas), no se han quedado cortos en manifestar los beneficios que traerá. Hay un alineamiento a nivel del Gobierno central. Sin embargo, ¿ocurre lo mismo al nivel subnacional?
En entrevista con Gestión, el presidente de SPCC, Oscar Gonzáles Rocha, indicó que Tía María requerirá un cambio a su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), pues se replanteará la forma de provisión de agua para el proyecto. Así, en lugar de utilizar un sistema de desalinización de agua de mar, construirán una represa en el río Tambo, con una capacidad de 60 m3, de los cuales 7m3 abastecerán las unidades de producción de Tía María y el resto, 53 m3, la mayor parte, estarán orientados a dar un mayor suministro para el uso de la agricultura en el Valle de Tambo.
LEA TAMBIÉN: Rómulo Mucho: “Hablemos claro sobre el papel de la minería”
El agua siempre ha sido un asunto delicado en el desarrollo minero en el país, y sobre todo, en el caso de Tía María. No debería sorprender que, ante esta modificación, haya preocupaciones por parte de las personas que habitan alrededor del proyecto. Ahí deberá haber un acompañamiento de la empresa y del Estado. Tampoco debería sorprender que aparezcan manifestantes con intereses subalternos. Es ahí donde el Gobierno central, y la compañía, tendrán que hilar fino con las autoridades de la provincia de Islay y los distritos circundantes a Tía María. El reinicio del proyecto minero es algo muy importante y requiere toda la atención necesaria.