1. Los recientes cambios en el gabinete ministerial pueden darle un aire al Gobierno y a la economía. Los nombramientos del economista José Arista al MEF y el ingeniero Rómulo Mucho al Minem son buenas noticias. Desde esta tribuna les deseamos muchos éxitos enfrentando los enormes retos que encuentran al asumir sus cargos.
2. Un problema común a ambas carteras es la desaceleración de la inversión privada. Esta se explica en gran parte por la incertidumbre generada por la fragilidad institucional, el irresponsable comportamiento de la clase política y la ausencia de consensos mínimos en torno al manejo de las políticas públicas y al rol del Estado en la economía. En este contexto de incertidumbre y desorden fuimos perdiendo gradualmente el norte; hace ya muchos años que el crecimiento potencial de la economía se viene reduciendo y ahora la recesión contribuye a que el número de peruanos pobres aumente día a día.
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3. Sin embargo, la desaceleración de la inversión –y consecuentemente del crecimiento– no solo se explica por factores institucionales o por características difíciles de cambiar en el corto plazo. No. La desaceleración y el letargo actual reflejan la falta de liderazgo en materia económica que ha mostrado el Gobierno hasta el momento. En vez de apostar por la inversión privada y la generación de riqueza, pareciera haber optado por flotar en el statu quo, aunque en los hechos esto constituya una apuesta por el estancamiento y la generación de pobreza.
4. Si Arista y Mucho no rompen huevos, no van a hacer tortillas. Y dado que lo que necesitamos son tortillas, pues no les queda otra que romper huevos...
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5. Aquí algunas recomendaciones: (i) el MEF debe anunciar medidas concretas –de gastos e ingresos– para reducir el déficit fiscal; (ii) subir el ISC a los combustibles para financiar parte del forado que nos deja Petroperú y la refinería de Talara (a ver si los peruanos finalmente internalizamos el costo de la irresponsabilidad empresarial del Estado y entendemos que no hay lonche gratis); (iii) destrabar y asegurar la rápida implementación de, por lo menos, cinco grandes proyectos de inversión (en minería e infraestructura productiva y vial); (iv) ampliar los plazos de concesión existentes (en hidrocarburos y en puertos y aeropuertos) contra compromisos de inversión adicional en el corto y mediano plazo; (v) renovar el directorio de Perupetro y licitar todos los lotes petroleros que han vencido o están por vencer; (vi) fortalecer ProInversión e institucionalizar el diálogo y la coordinación con el sector privado para promover de manera permanente la inversión privada y mejorar la calidad de la inversión pública en el Perú.
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