José Arista ha asumido las riendas del MEF en medio de una severa crisis económica. Su gran reto será reducir la duración y la magnitud de los daños que ha causado la recesión. Eso significa que no podrá conformarse con el rebote estadístico –que ocurrirá porque las cifras del 2023 fueron espantosas–, sino que deberá poner énfasis en una verdadera reactivación de la economía nacional, lo que implicará recuperar la confianza de empresas y familias. Todo esto ante la mayor restricción posible: la escasez de fondos fiscales.
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El primer paso podría ser una modificación del discurso oficial. Su antecesor, Alex Contreras, nunca pareció entender lo alejado de la realidad de sus declaraciones. Por ejemplo, días antes de su salida, proclamó que la economía había ingresado a una “fase de expansión” desde enero. Pero en dicho mes del 2023, el PBI se contrajo 1.12%, o sea que se trataría de rebote estadístico. Esa fue la primera de las nueve caídas mensuales que la economía peruana sufrió el año pasado. Al final, el PBI retrocedió 0.55% respecto del 2022.
Una de las consecuencias más severas de la recesión será el empeoramiento de la pobreza monetaria. El extitular del MEF, Luis Miguel Castilla, proyecta que el año pasado fue 30.5%, mayor en 3 puntos porcentuales a la del 2022, aunque lo más preocupante es que habría superado a la registrada en el 2020, el año de la pandemia (30.1%). Ese millón adicional de personas en situación de pobreza incluiría 600,000 “vulnerables”, más 400,000 que hasta el 2022 pertenecían a la clase media.
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En entrevista con Gestión (ver páginas 2, 3 y 4), Arista menciona algunas medidas que podrían marcar un inicio ordenado del manejo de la economía, como la confirmación del aumento escalonado del ISC a licores y cigarros (se necesita recaudar), la evaluación de exoneraciones tributarias (por lo mismo), y un cambio del presidente de Petroperú (su imagen está asociada con la debacle de la petrolera) y el impulso y destrabe de proyectos de inversión, como Majes Siguas II. Este es un anuncio repetido, pero la construcción fue muy golpeada por la recesión, lo que arrastró a la manufactura no primaria, así que su reactivación debiera ser prioritaria.
Arista fue gobernador regional de Amazonas, experiencia que podría ayudarle a entender los problemas del interior del país. Asimismo, a fin de recuperar la confianza de los inversionistas, tendrá que reevaluar las interacciones del MEF con el Congreso. Le quedan dos semanas para determinar cómo evitará más leyes que eleven el gasto público o amenacen la institucionalidad.