Especialista en temas de retail
Claridad para tomar decisiones de cara al futuro, es lo que usted como yo esperamos cada día, y cuando esto no sucede la incertidumbre acerca del futuro se mantiene.
Ya sucedió con la pandemia, un escenario inesperado que generó un entorno complejo, en el que todos esperábamos la semana siguiente, pensando que el problema se resolvería y la claridad para actuar llegaría, los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, y se aprendió a gestionar en pandemia, en un entorno poco claro.
¿Sucede hoy lo mismo frente al escenario político (y económico)?
Es probable que la mayoría esté barajando escenarios y se encuentre en compás de espera, pero es posible que también otro grupo se encuentre avanzando, con prudencia, pero avanzando, conscientes que la espera sin plazo definido no les agrega, y, por el contrario, avanzar les puede generar una ventaja en el futuro.
Y es que en la mayoría de los sectores la única alternativa válida es la de seguir operando, adaptándose a un nuevo entorno, por complejo que se vea.
La pandemia golpeó a la gran mayoría, la incertidumbre por los temas políticos y su impacto en las decisiones económicas ha generado un entorno aún más complejo, tal vez la primera lección es que siempre puede ser peor (o más complejo).
Toca tomar decisiones respecto a qué hacer. ¿Crecer, mantenerse, reducirse o dejar de hacer (y vender)? Cada decisión tendrá sus propios riesgos.
Analicemos algunos sectores.
Pensemos en la industria de Centros Comerciales, grandes superficies, inamovibles, sector que evalúa los proyectos a largo plazo, ¿no es un cambio en el entorno solo una etapa dentro del horizonte en el que se proyectó la empresa? Puede cambiar el comprador, puede cambiar el producto que compra, puede cambiar la marca que compra, entonces habrá oportunidad para nueva oferta y con ellos nuevos retailers y marcas. Vendrán cambios generados por la venta online, click and collect, áreas más grandes para los retailers y así poder almacenar productos y la industria continuará. Llegarán cambios a los cuales deberán adaptarse y oportunidades que deben identificar y aprovechar.
Lo mismo en la distribución, de consumo masivo, o la distribución de otras categorías como bienes industriales, las cadenas de distribución continuarán, podrán variar los productos a distribuir, podrán varias las marcas y el portafolio, podrán variar los mercados, pero la tarea de distribuir seguirá vigente, entonces el pensamiento a largo plazo sustentará las decisiones y la vigencia de la empresa.
El manejo del portafolio de marcas para las empresas de consumo, empresas industriales o de bienes duraderos, será clave para hacer frente a potenciales cambios en el mercado y en el consumo. Lo mismo sucederá con el surtido de productos en las cadenas de diversas categorías, supermercados, conveniencia, mejoramiento del hogar, adaptarse a lo nuevo, estar preparado para un potencial cambio que puede llegar o no, o estar atento a las oportunidades generadas por el cambio. Monitorear la capacidad de compra y el cambio de hábitos será clave para responder con los productos adecuados.
La pandemia nos ha dejado lecciones, así como el pasado no dejó lecciones al desarrollar empresa, a veces sin luz, sin poder dar créditos, con precios controlados, sin insumos importados. No eran ejercicios, así vivíamos y como siempre puede ser peor, con una inflación galopante.
Fijar objetivos a largo plazo, nuevos escenarios más complejos son parte de una etapa si pensamos en el futuro, las empresas deben desarrollar estrategias sólidas que les permitan afrontar los cambios y adaptarse a ellos.
En la estabilidad, crecer o mantenerse son tareas que requieren esfuerzo moderado, en incertidumbre y con percepción de cambios que no necesariamente puedan ser positivos el objetivo de crecer o mantenerse se vuelve difícil. Rescatemos lo positivo, el cambio puede ser oportunidad.
Esto no es un simulacro, es real.