Economista e Investigador de la Universidad del Pacífico
El mensaje presidencial en términos económicos ha sido muy modesto. Se revisaron las cifras que ya todos sabemos. Y estas no son ningún logro. El crecimiento ha sido de 3.5% en el período enero mayo, pero no se menciona la tendencia de que esta tasa se viene desacelerando. Por otro lado, mencionar el monto general de inversión privada puede sonar impresionante por la cifra pero esconde el hecho de que ésta en el mejor de los casos no crecerá. Hoy son más los pronósticos de una caída de la inversión. Por ello mencionar la cifra es un ardid para no mostrar los problemas que tenemos como economía. No hubo una mención a la incertidumbre que genera el mismo gobierno con anuncios desarticulados que generan mucho ruido y no se concretan pero que dañan las expectativas que son tan importantes para la inversión. El incremento del empleo y los ingresos dependen de la inversión. Con un crecimiento bajo poco se podrá avanzar
Los datos fiscales presentados son una foto en la cual salimos relativamente bien, pero la caída de precios de los minerales y la ralentización de la actividad económica contribuyen a disminuir el optimismo para este año.
No han faltado los anuncios populistas relacionados a múltiples ofrecimientos que tendrán un efecto fiscal importante si los sumamos. Por otro lado, el ofrecimiento de la comisión para revisar el tema pensionario se ve como la prolongación de un proceso que no ha llegado a ningún puerto en el pasado. Sin duda es un tema sensible, pero debe tratarse de manera técnica. Lo que no se entiende es como personas que no aportan recibirán pensiones como las que están en la informalidad. Lo importante es plantear políticas que reduzcan la informalidad que no se ha mencionado para nada.
Se recurre a mencionar que se ha potenciado el mecanismo de obras por impuestos y las asociaciones públicas privadas. pero es poco lo que se ha avanzado en ese aspecto. En el caso de la inflación no se reconoce que las medidas que se plantearon no fueron las mejores, sino que se dijo que debido a malos empresarios esas medidas no se trasladaron a los consumidores.
El reconocimiento de la importancia del sector minero y el anuncio general que los derechos de propiedad y los contratos serán respetados son un punto básico que no se diferencia de anuncios anteriores. Es bueno escuchar una reafirmación de ello, pero tendría que ser corroborado día a día por funcionarios y políticos vinculados al gobierno. En suma, hemos escuchado un mensaje generalista y sin medidas que sirvan de guía para recuperar las expectativas del sector privado.