Brecha digital: ¿Cómo reducirla?

¿Alguna vez has imaginado tu día sin señal para enviar un WhatsApp o sin poder buscar información en Google? Actualmente, más de 60 mil localidades en el Perú carecen de conexión digital. En un momento en que la conectividad es clave para un desarrollo inclusivo, esta falta de acceso se convierte en un gran obstáculo, especialmente para los residentes de zonas rurales. Sin Internet, su acceso a oportunidades como educación, trabajo remoto o telemedicina es limitado, impactando directamente en su desarrollo económico.

¿Pero, por qué los privados no invierten en zonas rurales? Por un lado, la demanda en zonas rurales se ve afectada por el bajo poder adquisitivo de la población. A su vez, los altos costos de inversión y operación se incrementan en estas zonas debido a la dispersión de localidades, muchas de las cuales tienen menos de 100 habitantes. Además, la geografía compleja y la falta de infraestructura conexa, como redes eléctricas y accesos viales, elevan aún más estos gastos. A esto se suman costos adicionales asociados, en algunos casos, con la obtención de licencia social para la implementación de infraestructura. En conjunto, todos estos factores dificultan el retorno a la inversión para la empresa privada.

LEA TAMBIÉN: Puerto de Chancay: ¿Hay oportunidades para los jóvenes que ni estudian ni trabajan?

Para abordar esta situación, el sector público puede implementar acciones clave:

• Aprovechamiento de la infraestructura existente: El sector público ha invertido cerca de dos mil millones de dólares en la Red Dorsal y las Redes Regionales de Banda Ancha. Hay dos aspectos clave a considerar, el primero es garantizar la sostenibilidad a largo plazo de estos proyectos, evitando que, como en proyectos anteriores, se desconecten una vez finalizados los subsidios a la operación o se conviertan en “elefantes blancos”. El segundo aspecto es la ampliación de estas redes para conectar a los poblados en su zona de influencia. Ambos aspectos están interrelacionados y requieren una perspectiva integral para asegurar la continuidad y aprovechamiento en el tiempo.
• Ampliación de proyectos para más localidades: El gobierno debe invertir en nuevos proyectos de infraestructura digital y soluciones tecnológicas que se adapten a las necesidades locales, incluyendo redes satelitales junto con las de fibra óptica.
• Subsidios a la demanda: Inspirándose en iniciativas intersectoriales exitosas, como el programa FOSE en el sector energético, donde a través de un mecanismo de subsidio cruzado, existe una tarifa reducida para usuarios residenciales de electricidad cuyos consumos mensuales son menores a 100 kilovatios hora por mes. De manera análoga, se podría establecer una tarifa social de Internet para hogares en áreas rurales con consumos moderados de datos. Este enfoque haría que el servicio de Internet domiciliario sea más accesible, permitiendo que más familias se beneficien de las oportunidades digitales.

Por otro lado, los esquemas de colaboración público-privada, como los proyectos de Obras por Impuestos, pueden ser altamente efectivos para llevar conectividad y herramientas digitales a comunidades remotas de manera rápida y eficiente.

LEA TAMBIÉN: Ministerio de Infraestructura: Sí, pero así no

Además, las empresas de telecomunicaciones pueden fomentar la colaboración entre operadores para promover modelos de negocio sostenibles que incluyan la compartición de infraestructura, que es la mejor estrategia costo-efectiva para implementar redes en zonas rurales.

Con una adecuada implementación y gestión eficaz de la infraestructura y políticas públicas, podemos construir un Perú más conectado y competitivo en la era digital. Reducir estas brechas no solo significa inclusión digital, sino transformación en la calidad de vida. Es un paso crucial hacia un futuro más justo y conectado para todas y todos.