El poder de la equidad de género está en nuestras manos

Un estudio realizado por Banco Interamericano de Desarrollo, en América Latina y el Caribe, arrojó resultados preocupantes acerca de la desigualdad de género en las empresas. Apenas el 15% de los cargos directivos son ocupados por mujeres y un 86% de las empresas son propiedad de hombres. Esta desigualdad obstaculiza el crecimiento económico y social en la región.

Se conoce que las empresas que practican una mayor diversidad en sus equipos han aumentado notoriamente su capacidad de innovación. Un estudio realizado por Boston Consulting Group y señala que las organizaciones obtuvieron un 19% más de ingresos que aquellas que no integran la diversidad en su estrategia empresarial. Por ello, en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que celebramos el 11 de febrero, recordamos de qué manera podemos impulsar la representatividad de las mujeres en la industria tecnológica:

1. Promover la participación de mujeres en proyectos de Ciencia y tecnología a nivel corporativo, social y académico. De esta manera la representatividad aumentará tanto en las aulas de carreras como ingeniería, computación o química; y más adelante laborarán en puestos de trabajo para los que se encuentran completamente preparadas, eventualmente ocupando puestos directivos.
2. Desplegar programas de desarrollo Inhouse. Para facilitar el cambio hacia un liderazgo mixto, se debe impulsar acciones dentro de las empresas que influyan en el crecimiento y desarrollo tanto de hombres como de mujeres.
3. Implementar nuevos lineamientos en la evaluación, contratación y gestión de personal para garantizar la igualdad. Se debe eliminar cualquier bloqueo que exista en los procesos que favorezcan a personas de un solo género y más bien, premiar la actitud, la capacitación y el desempeño de los trabajadores y trabajadoras.

Necesitamos continuar avanzando hacía una sociedad donde se garantice la prosperidad para todos y todas. Las empresas deben reflejar la diversidad del mundo actual, por lo que la representatividad no solo es ideal sino que llega a ser un proceso evidente hacia donde apunta el mundo moderno.