Gerente general de SAB Sura
La economía peruana fue muy golpeada por la crisis sanitaria que comenzó en el 2020 y, después, por la crisis política generada por los resultados electorales en el 2021; sin embargo, la capacidad emprendedora del peruano nunca dejó de funcionar.
Ante la imposibilidad de salir a vender, el peruano tuvo la oportunidad de crear empresas adaptándose al contexto, encontrando soluciones y oportunidades de negocio desde casa para atender las necesidades comunes de los demás.
A raíz de la pandemia, los sectores más golpeados fueron comercio, restaurantes, agencias de viajes y operadores turísticos, que tradicionalmente estuvieron basados en la atención presencial.
Sin embargo, varios otros mostraron interesantes posibilidades, como fueron salud, educación, e-commerce, fintech, logística y recursos humanos, actividades productivas que podían seguir operando de manera remota, pero que debido a la nueva realidad se adaptaron generando innumerables oportunidades de hacer empresa.
Lo más importante es que la pandemia permitió una revolución a través de la tecnología y digitalización nunca antes vista, con la que se crearon negocios prósperos que los ayudaron a resolver problemas de suministros de alimentos y otras necesidades básicas.
El Perú, con 22.2%, tiene una de las tasas de emprendimiento más altas de América Latina y el Caribe, solo por debajo de Ecuador (33.6%), Chile (25.9%) y Colombia (22.7%). Una encuesta de DATUM de diciembre 2020 a nivel nacional, reveló que el 60% de los emprendedores inició en ese camino por necesidad, mientras que 40% porque les gustó la idea. De la base de encuestados (más de 1,000 personas), 8% reveló que trabaja en empresa y, además, cuenta con un emprendimiento.
¿Qué necesitamos para multiplicar los emprendimientos? Tal vez la parte más difícil siempre es el financiamiento del proyecto. La mayoría de startups comienzan con aportes de los mismos socios, de familiares y amigos, quedándose muchas veces en una buena idea y todo por falta de apoyo. ¿Por qué no invertir en estos emprendimientos?
La Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (PECAP), señaló que entre el 2016 y 2018 los startups peruanos han recibido inversiones de US$ 21.9 millones. En el caso de los desafíos que quedan pendientes para mejorar el ecosistema emprendedor, Karen Weinberger y Luis Ortigueira, investigadores del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), señalaron que se necesita: Reducir la desigualdad de oportunidades y la informalidad, mejorar la calidad de la educación, establecer mecanismos de transferencia tecnológica e incentivos para promover la innovación.
Por tanto, es hora de abrir los ojos y ver que las startups, que son emprendimientos que utilizan tecnología y/o innovación, ofrecen una gran oportunidad de inversión por su escalabilidad y potencial de crecimiento, muchas son buenas ideas que están cambiando las formas de hacer las cosas en Latinoamérica. Hoy la asesoría experta en estas iniciativas nos puede ayudar a encontrar oportunidades de inversión en este campo.
Tengamos en cuenta que la creación de empresas siempre tiene un impacto positivo en la economía, debemos tener claro que el emprendimiento, y más aún el emprendimiento tecnológico, genera valor, puestos de trabajo, mejoras en la sociedad y, sobre todo, dinamiza la economía. También ayuda a redistribuir la riqueza y genera una gran motivación social el ver como emprendimientos locales funcionan y crecen a nivel regional.