Escribe: José Ricardo Stok, Ph.D. Profesor emérito del PAD
Una triste constatación es ver cómo ha caído la confianza en los líderes políticos a nivel mundial; esto se extiende a empresarios y directivos, así como a ciudadanos en general.
LEA TAMBIÉN: El “hub” en Chancay, una gran oportunidad de desarrollo
Según el World Values Survey (2017-2022) , el porcentaje de quienes sienten que “la mayoría de la gente es confiable” varía del 8.4% en Grecia al 74% en Dinamarca; el promedio europeo es del 45% y en USA del 37%. En Perú no tenemos esta estadística, pero es indudable que ha crecido la desconfianza. Se ha comprobado que las sociedades que elevan la confianza entre sus ciudadanos mejoran social y económicamente. Es evidente que con confianza se vive mejor, en paz y prósperamente, ya que las personas se desarrollan en plenitud. En el ámbito de las empresas y los negocios, la confianza es un requisito indispensable: el valor de la palabra o un apretón de manos no tiene precio. Precisamente, así se titula un reciente libro de Jordi Gual: “Confiar no tiene precio”, en el que señala cuatro pasos para que las organizaciones generen confianza.
LEA TAMBIÉN: PPK: Retos al liberalismo económico internacional
Primero, tener claramente definido el propósito corporativo, para permanecer en una ruta clara para todos, sin cambios antojadizos. Segundo, ser transparente con los stakeholders, clientes y proveedores; es crucial tener presente sus intereses y necesidades a la hora de tomar decisiones que les puedan afectar, sin imponer ideas propias o desbalancear posiciones. Tercero: mantener las promesas, dentro y fuera de la empresa; para esto, hay que pensar en el bienestar de los demás y cómo contribuyen a ello las acciones directivas, sin variarlas por dificultades pasajeras. Cuarto: la rentabilidad de la empresa no está reñida con la confianza, ni siquiera a corto plazo; y su búsqueda, enfoque cuasi natural del empresario, aún en momentos de dificultades, no puede lograrse traicionando la confianza ya lograda.
LEA TAMBIÉN: Los retos del director independiente, ¿cómo suavizar el camino?
El empresario debe ser un referente de confianza, porque sabe honrar sus compromisos en todo tiempo y lugar, y esto sin importar si se está bajo presión; precisamente, en esas circunstancias se demuestra la valentía y la entereza de un comportamiento honorable.Desde luego, la mentira es el enemigo número uno, el peor ácido para las relaciones interpersonales y debe ser erradicada: sin demora, sin contemplaciones, sin componendas. Y evitar “su primo”, el populismo, ya que tanto a los líderes políticos como empresariales pueden cautivarlos los aduladores aplausos que se generen. Es preferible decir la verdad, aunque pueda doler; no hacer promesas sin tener la certeza de su cumplimiento, ni generar expectativas irrealizables. Con facilidad y muy rápidamente se destruye confianza; muy lentamente y de manera ardua se recupera. Todos debemos elevar el nivel de veracidad y confianza, y exigir que así se haga.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.