Davos. La semana pasada, la presidenta Dina Boluarte declaró que el Perú “ha logrado recuperar su tranquilidad política, económica y social”. No es la primera vez que la mandataria pretende maquillar la difícil situación que vive el país, aunque en esta ocasión lo hizo en el extranjero, nada menos que en la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM), en la ciudad suiza de Davos. Es poco probable que hayan creído esa afirmación los funcionarios de organismos multilaterales, empresarios, inversionistas y analistas que asistieron al panel “Las fallas de América Latina”, que fue donde Boluarte exhibió una de sus más graves fallas: alejarse exageradamente de la realidad.
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Si el objetivo era atraer inversión extranjera, los asesores de la presidenta debieron haberle advertido que los asistentes al panel, y al evento del FEM en general, están adecuadamente informados de lo que sucede en el Perú –para eso están sus embajadas en Lima, además de firmas locales asociadas a bancos de inversión o estudios de abogados–. Así que es altamente probable que estén enterados de los enredos políticos causados por el Congreso y sus leyes que responden a intereses particulares, con la anuencia del Ejecutivo; de la intranquilidad social producto de la criminalidad que el Gobierno no ha podido frenar; y del desmadre en el manejo del gasto público.
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Dado que se encontraba en un evento económico, ahondó en el tema con otra abundante capa de maquillaje. Dijo que el país “ha sido muy responsable en el manejo de la economía, no se ha extralimitado en generar mayores endeudamientos internacionales ni ‘generar internamente’ el gasto público”. Pero resulta que el año pasado, el Gobierno emitió S/ 10,300 millones más en bonos soberanos y globales que el 2023, cuyo objetivo fue financiar el enorme déficit fiscal (3.6% del PBI), causado por el aumento del gasto público (9.6% respecto del 2023). Por ende, lo que ha hecho este Gobierno, con la colaboración del Congreso, fue actuar de manera irresponsable y, de paso, endeudar a futuros gobiernos y a los contribuyentes, quienes serán los que terminarán pagando esa deuda adicional.
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Acompañaron a Boluarte su ministro de Economía, José Arista, y el presidente del BCR, Julio Velarde. El primero hizo el anuncio de rigor: que hay inversionistas interesados en el Perú, aunque en esta oportunidad tal afirmación es menos creíble que cuando lo decían titulares del MEF de hasta hace un lustro. Velarde fue el único que ofreció declaraciones sensatas, como la referida a los factores externos que inciden en la inflación interna.
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