(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

SEGURIDAD CIUDADANA. Mientras los peruanos se sienten orgullosos por los logros obtenidos en los Panamericanos y Parapanamericanos, existen otras “canchas” donde los logros son escasos. Así, según el estudio Safe Cities Index 2019 elaborado por la revista The Economist. Lima descendió una posición en el ranking mundial de las ciudades más seguras. A nivel de Latinoamérica también bajó. Lima se ubicó en el puesto seis entre nueve ciudades.

Santiago de Chile, Buenos Aires e incluso Ciudad de México son consideradas más seguras que Lima, y el reciente informe de la Contraloría —respecto a la situación de las comisarías a nivel nacional y los gobiernos locales— pone el foco sobre algunas aristas que explican el porqué de la inseguridad en el país.

El informe señala que el 30.9% de los vehículos destinados al patrullaje se encuentran inoperativos y los policías que sí salen a patrullar no cuentan con el equipamiento adecuado ni completo. Eso explica la insuficiencia de la policía para llevar adelante su labor y la sensación ciudadana de no encontrar nunca un policía cerca. Si la falta de personal es una justificación que siempre han dado los distintos ministros del Interior, no resulta coherente que a los pocos que hay no se les dote de las facilidades para realizar su trabajo. Peor aún cuando no se trata de comprar nuevos vehículos, sino únicamente de mantener los existentes.

Ante el insuficiente número de policías muchos municipios, sobre todo los que cuentan con mayor presupuesto, se han apoyado en la seguridad municipal (Serenazgo), Sin embargo, es necesaria una labor conjunta, pues en un buen número de casos la presencia del sereno no es suficiente dado que ellos no tienen la capacidad para cargar armas letales. Lamentablemente, 55.1% de comisarías no tiene un plan de patrullaje integrado y un 29.8% no hace patrullaje integrado con los municipios.

Es verdad que la lucha contra la inseguridad ciudadana tiene muchas aristas e involucrados, pero a la policía le corresponde el primer paso, dada la cercanía con la población y en esa labor está fallando. La mayor celebración para los policías, ahora que acaba de ser su día, es que el Ministerio del Interior trabaje para que vuelvan a ser reconocidos como la autoridad que vela por el orden interno y en la que la población puede confiar. Atender las observaciones de la Contraloría debe ser el primer paso, ¿estará el titular del Interior a la altura de las circunstancias?