Por fin, el turismo internacional ha logrado recuperarse del golpe que le asestó la pandemia. Los arribos de extranjeros han aumentado notablemente este año, y se espera que superen sus niveles precovid y marquen récords en el principal mercado mundial: Europa, pese al calor extremo y las fuertes lluvias registradas en plena temporada alta. Y con el turismo en alza, el empleo en esos destinos y las actividades que dependen de los viajes, también se han reactivado.
El boom también ha llegado a Sudamérica. Según la revista Forbes, en Argentina, Brasil y Chile, se espera que este año el turismo receptivo supere los niveles prepandemia, lo que ya consiguió Uruguay. Una excepción será el Perú. El Mincetur se ha trazado como meta captar 2.2 millones de visitantes foráneos este año, la mitad de los arribos registrados el 2019 (4.37 millones). Las causas de ese rezago son múltiples.
Durante el Gobierno de Transición, el Mincetur presentó una estrategia para reactivar el turismo, e incluso había comenzado a tomar acciones como la tramitación de la certificación internacional Safe Travel. Los rescates financieros no solucionaron el problema porque su diseño no atrajo a entidades prestadoras, ni a empresas turísticas, pues lo que pedían era una mayor promoción del destino Perú. El régimen de Pedro Castillo no hizo nada. Ni siquiera tomó en cuenta la estrategia que le legó el Gobierno previo.
Cuando el Mincetur y Promperú se pusieron a trabajar en una campaña de promoción, las protestas de diciembre y el primer trimestre de este año, y la pésima respuesta del Gobierno, propiciaron que los principales países emisores de viajeros publiquen advertencias de viaje al Perú, justo cuando el boom del turismo receptivo estaba tomando forma y muchos países ya tenían activadas originales estrategias de promoción. Así que cuando la campaña por fin pudo ser lanzada, en abril, ya era tarde para aprovechar el inicio de la temporada alta (julio). Hay que sumar el poco uso que se ha estado haciendo de la Marca Perú –hace dos semanas, el Congreso aprobó un confuso proyecto de ley para “fortalecerla”–.
Por último, figura la injerencia política en Promperú. Según el portal Turiweb, su nueva presidenta ejecutiva –que no tiene mucha experiencia en el sector– pretendió nombrar directora de Turismo Interno a la hermana de un congresista fujimorista, pero luego optó por una allegada a esta. Para ello, destituyó a quien ejercía dicho cargo, lo que provocó la renuncia de la directora de Promoción del Turismo, quien posee más de dos décadas de experiencia. Muy mal.