CRECIMIENTO. Las proyecciones macroeconómicas de este año para el Perú abarcan un rango más amplio que de costumbre. Figuran desde los cálculos superoptimistas, sobre todo provenientes del MEF, aunque en el caso de esta entidad, que maneja la política económica del país, se trata de cifras publicadas en agosto del año pasado y no cuenta con datos actualizados. Luego están los moderadamente optimistas, que basan sus proyecciones en supuestos realistas, como el BCR, que actualiza sus cifras cada tres meses (las más recientes datan de diciembre).
Por el lado del sector privado, habría que separar las expectativas en dos grupos, las de empresas y las de analistas (bancos, bancos de inversión, centros de investigación). Las proyecciones de las empresas han sido bastante fluctuantes, pues mayormente responden a la coyuntura política, que desde la campaña electoral ha mostrado un comportamiento impredecible. En estos momentos, según la encuesta a los clientes del Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría (SAE), las empresas no renuncian a seguir creciendo o recuperándose luego de dos años bastante complicados, aunque están muy atentas a contingencias como la actual ola de contagios del covid-19 (la tercera en el país).
La consultora describe esa actitud como “tímidamente alentadora”, que en cierto modo coincide con los resultados del sondeo que el BCR realizó a las principales empresas del país en diciembre: si bien las expectativas todavía se ubican en el tramo pesimista, se notaron ligeras mejoras en ciertos indicadores a doce meses. Sin embargo, hay que recordar que en los últimos meses se han visto estos vaivenes en más de una ocasión.
En el segundo grupo privado, hay, como se dice, “de todo como en botica”. Las disparidades en las proyecciones para este año van desde 1.9% a 5.2% en el crecimiento esperado del PBI, y de 2.5% hasta 4.8% para la inflación, aunque la mayor discrepancia está en la inversión, pues va desde una caída de 11.8% hasta una expansión de 4.6%.
El hecho de que sea el inicio del año explicaría en parte la disparidad, aunque el factor político también influye, y mucho. La incertidumbre causada por el presidente Pedro Castillo y sus colaboradores no cesa. Hace unos días, les aseguró a los inversionistas convocados por el Foro de Davos que es seguro invertir en el Perú, pero en la primera entrevista que concedió a un medio dijo que hará todo lo legalmente posible para modificar la Constitución. Al parecer, en su proceso de aprendizaje no ha incluido su responsabilidad como “influencer”.