SISTEMA DE PENSIONES. Desde el Congreso, nuevamente, se dicta una norma cuyos efectos a largo plazo serán desproteger a los trabajadores afectando su ahorro jubilatorio y las pensiones futuras de los afiliados, solo para conseguir aplausos. “Las medidas populistas siempre lograrán una amplia aceptación. Así como los niños prefieren comer dulces a comer verduras o jugar en lugar de hacer tareas, las personas siempre preferirán las situaciones que les generen beneficios inmediatos antes que las ventajas de largo plazo”, decíamos en un editorial pasado refiriéndonos a la decisión del Parlamento de insistir con los retiros de fondos de las AFP (Gestión. 24.03.2022) y el Legislativo sigue sumido en su intención de horadar el Sistema Privado de Pensiones (SPP).
Está claro que es necesaria una reforma al sistema de pensiones y precisamente este mes debería estar lista la propuesta elaborada por el grupo de trabajo que creó la PCM y en la que, irónicamente, no se incluyó ni a la ONP ni a las AFP (Gestión 11.07.2022), pero la finalidad de esta reforma debería ser ampliar el universo de peruanos que ahorre para su vejez y que la pensión que reciban sea suficiente para mantener una vida digna. Ninguno de estos dos supuestos estuvo en la mente de los legisladores al aprobar las recientes modificaciones al SPP, pues es claro que una Canasta Básica de Consumo —que hoy apenas llega a S/ 378— de ninguna manera puede ser considerada una pensión adecuada.
Adicionalmente a ello, la reciente modificación, que en teoría buscaba solo establecer una pensión mínima, ha terminado dando la posibilidad de usar libremente los montos excedentes a un acumulado que permita una pensión mínima equivalente a la Canasta Básica de Consumo.
Esto beneficiaría, en el cortísimo plazo, —aunque no de cara a sus pensiones—, solo a los afiliados de altos ingresos que cuentan con fondos de pensiones elevados, pero perjudica a todos los afiliados, pues obligará a las AFP a tener su inversión en instrumentos líquidos, asociados a rentabilidades bajas (dada la necesidad de retiro de recursos de manera permanente), lo que afectaría el ahorro jubilatorio, las pensiones futuras. Además, afectaría al país, pues reduciría el peso de las AFP como inversionistas institucionales, afectando a los grandes proyectos de inversión del país.
El Sistema de Pensiones requiere serios cambios, pero siempre pensando en asegurar el futuro de los trabajadores. La ojeriza que algunos congresistas le pudieran tener a las AFP (aun cuando tuviera fundamentos) no justifica que se dicten normas que finalmente dejen desprotegidos a los trabajadores en su vejez.