CAMBIO CLIMÁTICO. Durante su presentación ante las Naciones Unidas, el presidente Pedro Castillo declaró que el Perú asumirá la meta de convertirse en un país de carbono neutral al 2050. Lograrlo implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del 30% al 40% de lo proyectado al 2030, optimizar los instrumentos de gestión ambiental, trabajar contra la tala ilegal y a favor del cuidado hídrico, solo por mencionar los problemas más graves.
Pero más allá de esta declaración, lo que se requiere es que se tomen acciones concretas. En el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) se advierte que aunque el mundo reduzca fuertemente sus emisiones de carbono, podría no evitarse que la temperatura promedio mundial aumente 1.5 grados para el 2040. Por ello, urge adoptar medidas para reducir las emisiones, y si bien los mayores compromisos se dan entre los países desarrollados, las economías emergentes, como las de la región, no debieran estar al margen dada su vulnerabilidad.
El IPCC advierte que la temperatura media se ha incrementado en Sudamérica y que esa tendencia es muy probable que continúe. Se prevén olas de calor marinas más intensas y prolongadas, acompañadas de tormentas severas en los países del Caribe. Las sequías también son un efecto previsto, más frecuentes y más prolongadas, así como un aumento del nivel del mar, y la pérdida de volumen de glaciares en la cordillera de los Andes, lo que implicaría menores caudales de ríos, importantes fuentes de agua en las ciudades como Lima. La escasez de lluvias puede también afectar los cultivos, como es que sucede ahora en Chile y Brasil. Mientras que la industria pesquera puede verse afectada por el calentamiento del mar a consecuencia del cambio climático.
Pero pese a esas advertencias, los países más grandes de la región parecen ir en sentido contrario a las preocupaciones globales, con México apostando por el petróleo y desincentivando las energías renovables, mientras que en Brasil el gobierno de Jair Bolsonaro ha permitido la deforestación del Amazonas.
Aunque las economías sudamericanas están ahora enfocadas en recuperarse del impacto de la pandemia, se requiere un mayor compromiso de parte de los gobiernos para reducir las emisiones de carbono y así evitar los peores escenarios descritos en el último informe del IPCC. El informe del IPCC implica que ya planear no basta, y se hace necesario pasar a la acción y un monitoreo para evaluar el cumplimiento de objetivos trazados. El gobierno de Castillo debe anunciar ahora qué acciones tomará para cumplir la promesa hecha ante la Asamblea de la ONU, y será también ocasión para escuchar la voz del ministro del Ambiente.