HOGARES. Durante los primeros meses del año, el consumo privado estuvo creciendo a tasas mayores que las del PBI. En el primer trimestre, se expandió 6.9% respecto del mismo periodo del 2021, mientras que en el segundo trimestre, 4.9%. Aunque ambos resultados son notorios, habría que analizar qué sucedió con algunos indicadores relacionados con el gasto de los hogares al final de dicho periodo (es decir, en junio).
El consumo privado es un componente de la demanda interna, la que, sumada a la balanza comercial (exportaciones menos importaciones), es una medición del PBI. El informe del INEI de junio contiene un par de datos que pasaron casi inadvertidos, pero que en dicho mes incidieron en el enfriamiento de la economía, que se inició en el primer trimestre. Se trata del consumo de los hogares, “reflejado en las ventas al por menor”, según el INEI, que apenas creció 0.92%, la tasa más baja de los primeros seis meses del año y bastante alejada de las registradas entre febrero y abril.
El otro indicador que genera inquietud forma parte del sector telecomunicaciones, que por primera vez en décadas se contrajo en junio. El causante fue la reducción en 5.62% del servicio de telefonía móvil, “dados los reportes en negativo de cuatro operadoras que constituyen las fuentes de información básica”, así como el uso sustitutorio de apps como WhatsApp y Telegram. Es claro que un mes no marca tendencia, pero puede ser el inicio de una. Y el menor crecimiento de la recaudación por IGV en junio, repetida en julio, podría reflejar un enfriamiento del consumo y no solo ser consecuencia de las exoneraciones a alimentos y combustibles como medidas (fallidas) para bajar sus precios.
¿El consumo privado dejó de apuntalar a la economía o lo de junio fue un bajón del ánimo comprador por la eliminación para Catar 2022? Parece que el titular del MEF, Kurt Burneo, espera que los hogares comiencen a gastar menos y por eso aboga por una política fiscal expansiva. Sin embargo, no se necesita un “empuje del empleo hacia adelante”, sino de los ingresos, y eso no se logra con más bonos sino con promover la generación de empleos formales (o sea, lo contrario de lo que está haciendo el Gobierno). Y tampoco habría que impulsar la inversión pública, pues se recuperó desde junio. Habrá que ver qué propone el MEF en materia de gasto cuando presente el proyecto de Presupuesto Público 2023, a fin de mes. Lo que realmente se necesita es terminar con el caos político y dejar de emitir señales confusas y contradictorias en materia económica.