Las expectativas de empresas y consumidores continúan situadas en el tramo pesimista, aunque en el primer mes del año mostraron pequeñas mejoras –si pudiese llamárselas así– en ciertos rubros. Sucedió tanto con la encuesta mensual que el BCR realiza a las principales empresas del país, como con el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca) de Apoyo Consultoría e Ipsos, también de periodicidad mensual, calculado para Lima Metropolitana. Ambos estudios consideran índices de 0 a 100 puntos, y el límite entre “optimismo” y “pesimismo” está marcado por los 50 puntos.
Un resultado que resalta en el informe del BCR es la visión positiva que muestran las empresas del sur, una región que suele ser poco optimista –razones no le faltan–. Es que se encuentran en el tramo optimista todos los indicadores que miden expectativas a 3 y 12 meses sobre la economía del país, así como de lo que esperan las empresas encuestadas sobre su situación, demanda de sus productos, contratación de personal y planes de inversión, además de las perspectivas que tienen del sector al que pertenecen. Un factor de este súbito cambio de ánimo (algunos indicadores han mejorado en más de 10 puntos) sería la base comparativa.
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Es que hace un año, el sur del país fue el más perjudicado por las protestas violentas, que incluyeron bloqueos de carreteras, paros, ataques a propiedad pública y privada, y cancelación de reservas de hospedaje. Por ende, ante un panorama más sosegado –que no es lo mismo que “estable”, como proclama el Gobierno–, las empresas estarían sintiendo que existen las condiciones para volver a realizar sus actividades con algo de normalidad, contratar más personal porque esperan que aumente la demanda por sus productos y hasta invertir. Ello a pesar de que la situación actual de su negocio y de sus niveles de ventas, producción y demanda siguen en rojo.
Otro resultado que destaca del sondeo del BCR es el peso que la incertidumbre política tuvo en las ventas de enero, según las empresas encuestadas a nivel nacional, solo por detrás de un factor menos subjetivo: la contracción de la demanda. Los políticos tienen que tomar nota y admitir que sus acciones afectan las expectativas de las empresas.
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En tanto, el Indicca se situó en 42 puntos, frente a 38 en diciembre. Hay que recordar que este índice llegó a su nivel más bajo en el 2023, pero sería muy pronto para afirmar que la confianza del consumidor limeño está en un buen momento. Además, solo el 42% de encuestados espera que su situación mejore en los próximos doce meses, mientras que el 31% piensa que empeorará.
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