Gerente de Alternativos y Análisis de Prima AFP
Recientemente, Morningstar, empresa estadounidense de investigación y gestión de inversiones, publicó una encuesta realizada a 500 inversionistas institucionales que concentran portafolios por más de 10,7 billones de dólares (trillions), de los cuales 22% son fondos de pensiones en EE. UU., Europa y Asia-Pacífico. En esta encuesta se preguntó si los criterios ESG (ambiental, social y gobierno corporativo) se han vuelto más o menos materiales en los últimos 5 años. Más de dos tercios (67%) de los encuestados considera que estos factores sí se han convertido en “más” o “mucho más” materiales, mientras que sólo el 15% siente que se han convertido en “menos” o “mucho menos”. A pesar del incremento de las voces “anti-ESG” y la politización sobre el tema, los inversionistas institucionales de todo el mundo insisten en que los criterios ESG son materiales desde el punto de vista financiero para sus procesos de inversión. Inclusive la mayoría consideró que los criterios ESG acabarán integrándose en las prácticas de inversión convencionales debido a su materialidad financiera.
Entonces, ¿por qué es importante que un inversionista institucional como una AFP incluya los factores ESG en su proceso de inversión?
Primero, debemos destacar que la materialidad financiera se enfoca en los factores de sostenibilidad que tienen mayor probabilidad de afectar la situación financiera o la operatividad de una empresa. Los factores ESG materiales son diversos y distintos dependiendo del tipo de negocio y el sector donde se desenvuelve la empresa. Es decir que, si estos factores materiales no son manejados adecuadamente, la capacidad de operación y generación de caja podrían afectarse y, en otros casos, puede significar no estar preparados a posibles cambios regulatorios o de mercado.
Pensemos por ejemplo en una empresa que por sus actividades productivas genera gases de efecto invernadero (GEI). Más allá de la responsabilidad por las emisiones y su contribución al cambio climático, si no cuenta con un plan que le permita reducir las emisiones de GEI y prepararse para posibles regulaciones, reaccionar tarde puede tener un impacto económico negativo, además de los reputacionales y de acceso a capital.
Del mismo modo, en una empresa minera que utiliza agua en sus procesos es clave conocer la gestión que realiza de este recurso, si se encuentra en zonas de estrés hídrico y cómo se prepara por si la disponibilidad del agua se ve afectada por el cambio climático. Todos estos son factores críticos que representan un riesgo que podría afectar la capacidad de procesamiento y generar problemas sociales con comunidades de influencia.
Finalmente, es importante resaltar que la integración de factores ASG en los procesos de inversión no se fundamenta en una “ideología woke” o ecológica. La razón de incluir estos factores es porque permite un análisis de riesgos integral. Los riesgos ESG materiales, si se concretan, pueden afectar los rendimientos de los portafolios. Después de todo, es importante que el objetivo siempre sea contar con un proceso de inversión integral que incluya todos los factores materiales y así poder cumplir con el deber fiduciario.