Presidente FIAP (Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones)
Cada día hay menos población joven trabajando y más población mayor retirada. Esto tiene como consecuencia la inviabilidad de los sistemas de reparto, debido a la imposibilidad de que las contribuciones de los trabajadores activos alcancen para financiar las pensiones de quienes están jubilados. Una situación común en la gran mayoría de los países del mundo, por lo cual es necesario buscar una solución, particularmente si se piensa en mejorar las pensiones de la población.
Los altos índices de informalidad laboral solo vienen a agravar una situación que ya es compleja, principalmente en Latinoamérica y países con altas tasas de migración, lo que provoca mayores presiones en las arcas fiscales, frente a las cuales los países tienen distintas rutas a seguir: reparto, capitalización individual o sistema mixto.
En este punto es interesante mirar lo que están haciendo los países europeos con su primer pilar de pensiones de reparto. La insostenibilidad de dicho sistema ha llevado a variados países a adoptar mecanismos de capitalización, siendo esta la tendencia dominante, en particular en aquellos casos de países con posiciones altas en el ranking del Índice de Mercer (herramienta para evaluar el diseño de los sistemas de pensiones en el mundo). En lo concreto, los países europeos están:
- Aumentando la edad de jubilación.
- Reduciendo la generosidad del sistema de pensiones, introduciendo mecanismos de ajuste automático que reequilibran el gasto en función del déficit del sistema de pensiones o calculan la pensión inicial en función de la esperanza de vida.
- Aumentando la masa salarial. Incorporando a más personas a la fuerza de trabajo y que el empleo sea lo más productivo posible, para aumentar los ingresos del sistema de reparto.
Para compensar la caída en la tasa de reemplazo producto de la reducción de la generosidad de los sistemas de reparto europeos, se va a necesitar más ahorro complementario, ya sea en el primer, segundo o tercer pilar.
Los países europeos no pueden actualmente hacer la transición desde un sistema de reparto a uno de capitalización, por el altísimo costo que tiene para el Estado continuar pagando las pensiones de reparto a una población envejecida, sin recibir las cotizaciones de los trabajadores activos, que se irían a capitalización.
“Los países europeos no pueden actualmente hacer la transición desde un sistema de reparto a uno de capitalización, por el altísimo costo que tiene para el Estado continuar pagando las pensiones a una población envejecida”.
Es justamente esta contradicción entre una Europa que está ajustando sus sistemas de reparto para enfrentar el envejecimiento de su población y que está integrando componentes de capitalización, frente a una América Latina que logró hacer el cambio hacia los de capitalización en forma oportuna (con una población aún no envejecida), donde existe preocupación por las decisiones políticas que se están tomando y que apuntan a debilitar los sistemas de capitalización individual, e incluso en varios países se está proponiendo retornar total o parcialmente a los inviables sistemas de reparto.
Discusiones actuales en Chile y otros países latinoamericanos podrían replicarse en el futuro cercano en Perú. Desde fuera vemos con cierta preocupación el camino que decidan tomar en pos de un futuro que permita a las personas mayores retirarse con tranquilidad y la seguridad de vivir una jubilación digna y protegida.