Un desbalance de poderes por insistencia

Y, claro, las normas que son aprobadas por insistencia suelen ser las de mayor impacto para la economía y política peruana. La ley de reforma universitaria, la cual modificó cómo debería conformarse el consejo directivo de la Sunedu (Ley 31520), fue aprobada por insistencia, al igual que aquella que se pronunció sobre la interpretación del uso de la cuestión de confianza (Ley 31355). Cuando el Ejecutivo observó el proyecto que llevó a la modificación de la interpretación de la cuestión de confianza, inclusive indicó que “alteraba el sistema de balance de poderes y el equilibrio entre las potestades del Legislativo y del Ejecutivo”, demostrando que estos proyectos no son poca cosa.

Lo mismo ocurrió con la ley que declaró que todo referéndum debe ser convocado por el Congreso, salvo que se trate de una reforma constitucional, en cuyo caso es convocado por el presidente de la república, por disposición del Congreso (Ley 31399). Es así como el poder del Ejecutivo de observar normas para evitar una “dictadura de las mayorías” parece haber quedado en la obsolescencia, cual espada oxidándose en el fondo del lago. Pero, ¿hay algo que se pueda hacer? La respuesta tendría que venir del propio Congreso y, para sorpresa de algunos, está en proceso.

Hace poco, el congresista Germán Tacuri presentó un proyecto de ley que busca elevar el número de votos que se requieren para aprobar una norma por insistencia. Hoy en día, los votos requeridos para aprobar estas normas son solo los de la mitad de los congresistas. Es decir, 65. El proyecto propone que los votos a favor deban llegar a los dos tercios del total de congresistas, esto es 78. Esto puede parecer algo minúsculo, pero hay que resaltar que la reforma al sistema universitario fue aprobada con solo 72 votos a favor, mientras que el proyecto que modificó la interpretación de la cuestión de confianza solo obtuvo 70 votos a favor al momento de la votación por insistencia. Es decir, estas normas no habrían sido aprobadas bajo el sistema propuesto por el congresista Tacuri. Además, cabe indicar que este proyecto no es descabellado.

En Chile ya se aplica la necesidad de aprobar proyectos por insistencia con dos tercios de los votos de los miembros de las cámaras legislativas. Por otra parte, en Colombia, si las observaciones que hace el presidente al proyecto de ley lo declara como inconstitucional y el Congreso decide insistir con este, la propuesta va a la Corte Constitucional de Colombia, la cual decidirá si, realmente, estamos ante una norma inconstitucional o no y, de ser el caso, desestima su publicación. Tal vez nuestra arma contra el desequilibrio de los poderes del Estado requiere una actualización. Pero, nuevamente, eso dependerá, irónicamente, del Congreso.