Escribe: Alberto Arispe, gerente general de Kallpa Securities SAB.
El 2024 fue un año muy bueno para los mercados financieros en el mundo. El índice Standard & Poors 500, que es una canasta de acciones de las 500 empresas más representativas (por liquidez y market cap) que cotizan en las bolsas de valores de Estados Unidos, subió 27% durante el año. Por su parte, el índice Nasdaq 100, que agrupa a las empresas tecnológicas más importantes de dicha bolsa, creció 29% durante el mismo periodo. Usando al S&P 500 como benchmark, es la octava subida anual más alta en los últimos 30 años, y faltan todavía unos días para el cierre del año. Asimismo, los mercados emergentes crecieron 5.7%, liderados por China (+19%) e India (+10%). Por el contrario, América Latina cayó 23%, ante fuertes caídas de Brasil y México. Por su parte el Indice Perú Select BVL tuvo un rendimiento anual de 15%, impulsado por el alto precio del oro y el cobre.
Los precios aumentaron con fuerza debido a diversos factores. Primero, la baja de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de 5.5% a fines de 2023 a 4.5% hoy, redujo los costos de capital y la aversión al riesgo. Esto incrementó el valor presente de todos los flujos de caja futuros esperados de las empresas en el mundo. Segundo, esto tuvo un impacto positivo sobre los animal spirits y fomentó la inversión y el consumo. Tercero, el triunfo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos para el periodo 2025-2029 excitó al mercado. Muchos creen que controlando el partido Republicano el Congreso y el Ejecutivo, habrá menores impuestos corporativos, desregulación y un crecimiento sostenido de la economía mayor a lo esperado hace un año. Cuarto, la economía americana ha estado sólida durante el año, con una baja tasa de desempleo (4.2%), crecimiento del PBI de 2.7% e inflación bajo control en 2.7% anual.
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En general hay optimismo. El consenso de analistas del mercado espera que el S&P 500 cierre el 2025 +9% vs. el cierre del 2024. Entre los bancos/asset managers más conocidos, el más optimista es Wells Fargo con +16% y el más pesimista UBS con +7%. Esto se basa en una expectativa que la economía crecerá 2.1% en el 2025 y que las tasas de interés bajarán 0.25% con respecto a donde están hoy.
Sin embargo, siempre hay riesgos, no hay lonche gratis. Muchos inversionistas temen que tanto optimismo, mezclado con disminución de tasas de interés, pueda provocar inflación. La curva soberana de los bonos del tesoro americano ha estado invertida buen tiempo (los bonos de corto plazo tienen mayor riesgo que los de largo plazo) y esto es una clara señal clara de recesión futura. Eso se pensó ocurriría en 2023 (en el 2022 el S&P 500 bajó 18%), pero la economía resistió. Esa es la principal preocupación de corto y mediano plazo del mercado.
La segunda preocupación de corto plazo es que las valorizaciones de las empresas más grandes cotizan sobre su valor fundamental. Las empresas que conforman el S&P 500 cotizan a 25x utilidades estimadas el 2025, 38% mayor al ratio promedio de 18x, de los últimos 30 años. ¿Burbuja? ¿Podría explotar?
En el largo plazo, la mayor preocupación es la combinación de alto déficit fiscal (aproximadamente el 7% del PBI) y alta deuda (aproximadamente el 121% del PBI). El Estado americano sigue gastando y gastando, financiando este gasto con deuda, volviéndose más riesgoso. Si bien no ha perdido la confianza del mundo y los inversionistas siguen considerando al bono del tesoro americano como el activo libre de riesgo, por lo cual la demanda por bonos del tesoro sigue fuerte, el riesgo sube.
El oro, por ejemplo, creció 27% este año, y en los últimos diez años ha tenido un rendimiento promedio anual de 8%, por debajo del S&P 500 que es de 13%, pero es un crecimiento importante. Cuando sube el oro de esta manera, es porque el riesgo global crece.
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En general, creo yo que el cambio estructural en el consumo americano (en el 2000 el 2% del consumo retail era por internet y hoy es superior al 20%) y el crecimiento sostenido de la productividad del trabajador americano gracias a los acelerados cambios tecnológicos, sostienen a la economía. Esa es la clave, hay un cambio estructural en la economía y el mercado que cada vez cambia más rápido.
En cuanto al Perú, creo que el 2025 será un año similar al 2024. Espero un crecimiento del PBI alrededor del 2.8%, un déficit fiscal hacia el 3.6% del PBI, inflación bajo control y mucha preocupación sobre el resultado de las elecciones de abril del 2026. El mercado teme que una plataforma antimercado, similar o peor a Perú Libre, gane el Ejecutivo y el Legislativo y el riesgo Perú suba con fuerza. Acordémonos que el gobierno de Castillo no hizo más daño porque no tenía suficiente poder ni en el Cngreso, ni en las Fuerzas Armadas, ni en el voto popular. Pero es este riesgo el que limita la inversión privada nacional e internacional de mediano y largo plazo. Y es esto, lo cual impide mayor crecimiento, mayor disminución de pobreza y desarrollo.
Por alguna razón que no entiendo, algunos peruanos (no son pocos) creen que destituyendo presidentes/ministros se solucionarán los problemas de corrupción, ineficiencia, informalidad, delincuencia, pobreza. Ya vamos seis años con seis presidentes y tres Congresos y bien podría ser que esta presidente sea vacada el próximo año. Eso incrementaría el riesgo y afectaría mis estimados económicos hacia abajo. Esperemos que haya menos ruido político en el país en 2025 y nos podamos concentrar en los fundamentos económicos.
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