El 2022 fue un año muy complicado para el sector agrario. Por un lado, la crisis internacional, el covid-19 y la guerra de Rusia- Ucrania nos afectaron con el incremento de los fletes y los precios de los fertilizantes. También golpearon los mercados, llevando a comportamientos atípicos con precios bajos que no absorbían los incrementos de los costos de producción y de logística.