Roma. Venecia recupera este sábado poco a poco la normalidad después de las graves inundaciones de los últimos días, si bien las autoridades se mantienen alerta ante las próximas mareas, pues se espera que el nivel del mar crezca hasta los 160 centímetros.
La situación va mejorando en la ciudad, tras la inundación de la noche del pasado martes, cuando el agua llegó a los 187 centímetros, el mayor nivel desde los 194 centímetros de 1966, y los 154 de la tarde de ayer viernes.
Los turistas vuelven a pasear por sus calles y por la plaza de San Marcos, clausurada el viernes con la llegada del “agua alta”, y los negocios han reabierto sus puertas, aunque algunos siguen aún con la persiana bajada reparando los desperfectos causados por el agua.
Sin embargo, esta delicada ciudad, Patrimonio de la Humanidad, sigue pendiente de las mareas del Adriático que han inundado su casco histórico.
El Centro de Previsiones del Ayuntamiento veneciano ha avanzado que “la marea se mantendrá en valores muy elevados durante las próximas horas”, lo que se une a una evolución meteorológica “incierta”, por la borrasca que azota el norte del país.
Pero en cualquier caso los niveles del agua de este sábado serán mucho más contenidos respecto a las históricas inundaciones de esta semana: el pico máximo será de 105 centímetros y se alcanzará en torno a las 11.55 hora local, un valor que no causa alerta.
La situación empeorará sin embargo previsiblemente mañana domingo, cuando la marea podría crecer hasta los 160 centímetros al mediodía, mientras que ya el lunes volvería a decrecer, hasta un máximo de 105 centímetros.
El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, ofrecerá una rueda de prensa a las 15.00 hora local para informar sobre el estado de la ciudad.
También participarán el patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia, pues una de las mayores preocupaciones es el daño que haya podido sufrir la basílica de San Marcos, y también la superintendente de Arqueología veneciana, Emanuela Carpani.
Hoy visitaron la emblemática isla la presidenta del Senado de Italia, Elisabetta Alberta Casellati, y la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, después de que el gobierno haya decretado el estado de emergencia en la ciudad.