La “Venda Sexy”, uno de los principales centros de represión política y tortura sexual de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989), se reinventa medio siglo después como un inédito sitio de memoria dinámico, que invita a reabrir las luchas del pasado para ligarlas con el presente.
“Fue una casa siniestra y queremos convertirla en un lugar luminoso donde poder reunirnos”, explica a EFE la presidenta de la Asociación de Memoria y Derechos Humanos, calle Irán 3037, Alejandra Holzapfel, sobre el aspecto innovador de este sitio de memoria, un espacio que trasciende la simple visibilidad de un amargo recuerdo para trabajar como servicio a la educación en materia de derechos humanos y libertades individuales.
Holzapfel fue secuestrada por los servicios secretos (DINA) cuando estudiaba en la Universidad de Chile, cayendo en manos de la mayor de Carabineros, Ingrid Olderöck, de la Brigada de Inteligencia Femenina (BIF), quien ejerció contra la estudiante tortura sexual con su perro “Volodia”.
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“Pasar por esta casa apagó todo mi futuro, lo que yo tenía pensado, porque hoy día no puedo estar cerca de un animal. Es fuerte, porque mis nietos quieren animales y yo no tengo explicación que dar”, confiesa.
Sin embargo, Holzapfel siente orgullo cuando analiza su cambio de rumbo para trabajar en el ámbito de los derechos humanos como gestora cultural: “Me dolió muchísimo, pero hoy puedo estar contando lo que ocurrió en esta casa. Puedo tener la fuerza y la energía para hacerlo”.
La represión más macabra
La ‘Venda Sexy’, también conocida como ‘Discoteque’ o ‘Cuartel Tacora’, devino en lugar principal de tortura de la DINA tras cerrar los centros de detención masivos, operando entre agosto y diciembre de 1974, con uso esporádico hasta 1977.
Utilizada en los secuestros de universitarios del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), militantes del Partido Socialista y del Partido Comunista, en la casa se establecieron distintas agrupaciones de la DINA como la “Purén”, liderada por Raúl Iturriaga Neumann, condenado por innumerables crímenes de lesa humanidad.
Secuestrados y sometidos a desaparición forzada, los numerosos jóvenes llegaban con los ojos vendados a la vivienda, donde soportaban feroces interrogatorios que incluían descargas eléctricas y violaciones sistemáticas para deshumanizarlos.
“La cercanía de las casas vecinas es demasiada como para que no escucharan nuestros gritos. Ponían la música fuerte, pero el miedo que estaba ejercido en toda la población no les permitía decir que estaba pasando algo raro. Y sabían que estaba pasando algo raro”, dice Holzapfel desde la ventana de la segunda planta.
Sergio Mario Edrulfo (18 años), Félix Santiago De la Jara (24 años) o Eugenia del Carmen Martínez (25 años), son tres de los 27 detenidos y detenidas desaparecidas tras pasar por la casa. Otros 6 secuestros con desaparición forzada están en estudio.
El Informe Rettig, que reveló las violaciones cometidas por la dictadura, ya advirtió de que con constante arrendamiento de Venda Sexy se perdió información clave.
“El problema fue que pasara a ser propiedad privada de muchos. Y se han perdido muchos años”, reflexiona el físico y sobreviviente de tortura, Boris Chornik, para quien la memoria es un arma que puede evitar la repetición de los errores en el futuro.
Luchar contra el negacionismo
No fue hasta el pasado 3 de junio cuando el Estado completó la expropiación de ‘Venda Sexy’, hito que, según explicó el responsable de la Comisión Investigadora Irán 3037 y víctima de la DINA, Elías Padilla, ayudará a sanar a los afectados.
Todavía “hay mucha gente que piensa que lo que ocurrió en Chile fue una leyenda, que no fue tan grave, que no se puede volver a repetir”. Sectores de ultraderecha y neofascistas siguen haciendo apología de la dictadura militar sin ninguna impunidad. Mientras no exista verdad, justicia, reparación, y una lucha contra la impunidad y el negacionismo, es difícil que haya reconciliación”, subraya Padilla.
Por ello, Irán 3037 se reabrirá próximamente al público con una experiencia más interactiva, que a diferencia de otros sitios estáticos, permita involucrarse en la historia y la memoria.
“Incluye tecnología no invasiva, como el georadar y el escaneo 3D, para crear un recorrido virtual de la casa que será accesible en nuestro sitio web y se transformará en un recurso pedagógico fundamental para la educación en derechos humanos”, avanzó la coordinadora, Montserrat Figuerola.
“Al traer a más generaciones, incluso a los adultos que no quieren hablar del tema, hemos visto cómo la gente ha ido perdiendo el miedo a compartir sus verdades”, concluyó.