El envío de mercancías mediante barcos propulsados por energías renovables casi no aumenta el precio final de los productos y, en concreto, solo encarece en ocho céntimos el coste de unas zapatillas de deporte, según un estudio elaborado por la ONG europea Transport & Environment.
Esta organización, que aglutina a entidades que promueven un transporte sostenible, calcula que, en la mayoría de bienes, los sobrecostes serían de apenas unos céntimos y, en este sentido, estiman que un televisor costaría nueve céntimos más, aunque, en el caso de una nevera, el precio final ascendería hasta los ocho euros.
Estos datos están proyectados a partir de un análisis del coste de realizar envíos en barco desde China y, en específico, desde el puerto de Shenzhen, hacia la Unión Europea (UE).
Según los autores del estudio, en el peor de los escenarios las compañías navieras se enfrentarían a un encarecimiento de entre un 1% y 1.7% en el precio final de los costes de transporte.
El director de envíos de Transport & Environment, Faig Abbasov, aseveró en un comunicado que esto es “un precio ínfimo” que, a su juicio, serviría para “limpiar una de las industrias más sucias del planeta”.
La ONG impulsora del estudio criticó que, hasta ahora, el sector del transporte marítimo haya ido “lento”, en su opinión, a la hora de descabronizarse.
Para Transport & Environment, su investigación constata las cadenas de suministro mundiales “no son hipersensibles a los costes del combustible del transporte marítimo”, ya que, según sus cálculos, empezar a usar barcos de hidrógeno verde apenas cambiaría el precio final de los productos.
“Hace una década, la única esperanza de descarbonizar el transporte marítimo era detener el propio comercio mundial. Ahora tenemos la tecnología, pero lo que falta es una señal de mercado para los productores de hidrógeno verde”, manifestó Abbasov.
Y agregó: “Como líder mundial del transporte marítimo, la UE debería establecer un ambicioso mandato de combustible electrónico verde. El transporte marítimo ecológico es posible. Es una cuestión de voluntad política”, sentenció el directivo de Transport & Environment.
En este sentido, la ONG animó a los gobiernos de los Estados miembros de la UE a respaldar la decisión del Parlamento Europeo de ampliar el mercado de carbono al transporte marítimo, un cambio que obligaría a las navieras a empezar a estar sujetas a los objetivos climáticos marcados por los Veintisiete.