A miles de kilómetros del juicio político en su contra en Washington, el presidente Donald Trump subió al escenario en Davos el martes para promocionar el éxito de la economía de su país e instar a los empresarios a invertir aun más en Estados Unidos.
En una conferencia donde los problemas ambientales son el centro de atención, Trump evitó el asunto casi por completo, dijo que Estados Unidos se uniría a una iniciativa para plantar un billón de árboles, pero criticó a los activistas ambientales a quienes llamó “los eternos profetas de la tragedia”.
Además, pasó unos minutos del discurso elogiando la importancia económica de los sectores de petróleo y gas.
La audiencia notó la ausencia de atención al clima, incluida la activista adolescente Greta Thunberg, la invitada estrella, que respondió refiriéndose a “palabras y promesas vacías” de los líderes mundiales.
“Dice que los niños no deberían preocuparse (...) que no seamos tan pesimistas y luego, nada, silencio”, dijo Thunberg en el último intercambio con el presidente de Estados Unidos.
Trump, quien asiste a su segunda reunión de líderes políticos y empresariales globales en el Foro Económico Mundial de la ciudad suiza, también dijo ante un auditorio repleto que los recientes acuerdos comerciales con China y México representan un modelo para el siglo XXI.
En un discurso diseñado para atraer la atención en Davos, el mandatario aludió a los logros de su gobierno a pesar de su enfoque poco ortodoxo en cuestiones de política y de rescatar algunos temas que ya sacó en su primera intervención en el foro hace dos años.
“Se ha acabado el tiempo del escepticismo”, dijo Trump, dando las gracias a los líderes empresariales por traer sus inversiones y fábricas de vuelta a Estados Unidos.
El juicio político se inicia el martes en el Senado de Estados Unidos después de que el presidente republicano fue acusado formalmente por la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, en diciembre, de “altos crímenes y delitos menores”.
Trump, que se espera que sea absuelto por un Senado controlado por los republicanos, dice que es inocente y rechaza las acusaciones.