El Tribunal Supremo surcoreano ordenó hoy juzgar de nuevo al líder de facto del gigante Samsung, Lee Jae-yong, por su participación en la trama de corrupción de “La Rasputina” al tiempo que le imputó nuevos cargos al considerar que pagó más sobornos de los estimados inicialmente en el marco del caso.
Lee fue condenado a cinco años de cárcel en el 2017 por sobornar a la expresidenta Park Geun-hye para obtener favores del Gobierno en su consolidación como máximo responsable del grupo; malversar fondos, ocultar activos en el extranjero y perjurio, pero en febrero del 2018 un tribunal de apelación redujo su condena y le permitió abandonar la cárcel.
El Supremo surcoreano, que retransmitió su decisión de este jueves en directo, ordenó a dicha instancia inferior reconsiderar la reducción de la condena que permitió al empresario quedar en libertad, y revisar los cargos de soborno desestimados entonces.
Dichos cargos están relacionados con el supuesto patrocinio por parte de Samsung del entrenamiento ecuestre de la hija de Choi Soon-sil (La amiga íntima de Park conocida como “La Rasputina”), una exjinete de doma clásica a la que el grupo regaló tres caballos valorados en 3,400 millones de wones (2.5 millones de euros o US$ 2.8 millones) para obtener favores.
La instancia inferior consideró a Lee culpable "de forma pasiva" del patrocinio, al estimar que la mayor parte de la responsabilidad debía recaer en Park y Choi, cuyas intrigas obligaron a los conglomerados a proporcionar los sobornos, una interpretación con la que el Tribunal Supremo del país difiere.
El fallo del Supremo puede suponer un duro golpe para Samsung, principal conglomerado empresarial del país, que ya atraviesa por algunas dificultades y podría ver cómo su máximo dirigente, de 51 años, regresa a prisión una vez revisada la apelación.
El heredero de un conglomerado que representa una quinta parte de la economía surcoreana y que engloba empresas dedicadas a electrónica, construcción o la maquinaria pesada, tomó las riendas de Samsung después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto en mayo del 2014, que aún lo mantiene hospitalizado y sin habla.
El caso de "La Rasputina", que sacó a la calle a los surcoreanos en manifestaciones masivas durante meses, desencadenó la primera destitución de un presidente surcoreano en democracia y su posterior envío a prisión.
El Supremo surcoreano también decidió hoy invalidar la sentencia a 25 años a prisión de la expresidenta y reenviar el caso a instancias inferiores, al considerar que los procedimientos que encaró no se ajustaron a la ley.