Las aerolíneas, golpeadas por el COVID-19, se preparan para asumir roles clave en una distribución masiva que promete brindar un impulso inmediato al sector y, a futuro, contribuir a su recuperación y subsistencia.
Las aerolíneas enfrentarán grandes desafíos en la tarea del transporte aéreo de las vacunas, al igual que las farmacéuticas, firmas de logística, gobiernos y agencias internacionales que planean el despliegue a través de redes asoladas por la pandemia.
El gigantesco esfuerzo debería, sin embargo, ayudar a las aerolíneas involucradas a recortar sus pérdidas por la crisis, dicen expertos, mientras que traería beneficios adicionales para el sector en general, desde respaldo a los precios del transporte de carga a la restauración de rutas.
Desarrollar la vacuna en tiempo récord fue la parte fácil, o “el equivalente a construir el campamento base en el Everest”, según la directora de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Kate O’Brien.
“La entrega de esas vacunas, la confianza en las comunidades, la aceptación de vacunas y garantizar que la gente sea de hecho inmunizada con el número correcto de dosis -(esto) es lo que se va a necesitar para alcanzar la cima”, dijo O’Brien recientemente.
Reino Unido está cerca de convertirse en el primer país que comenzará a administrar la inyección de Pfizer-BioNTech, que debe almacenarse a -70 grados centígrados. La vacuna de Moderna, que se almacena a -20 grados centígrados, le sigue de cerca.
En la línea para asumir roles importantes están los especialistas en carga y las aerolíneas con grandes unidades de carga -como la alemana Lufthansa, Air France-KLM y Cathay Pacific, con sede en Hong Kong- que suelen operar bajo contrato para transportistas e integradores como UPS, Fedex y DHL.
Las aerolíneas de la región del Golfo Qatar Airways y Emirates, así como Turkish Airlines, todas golpeadas por el colapso de las rutas de largas distancias, pueden aprovechar sus enormes centros de conexión. Turkish ha comenzado a transportar la vacuna de la china Sinovac a Brasil y, al igual que muchos de sus pares, está aumentando su capacidad de cadena de frío y almacenamiento.
Punto brillante
El jefe comercial de Cathay, Ronald Lam, dijo recientemente a analistas que si bien es “difícil cuantificar” las ganancias imprevistas, “habrá un impacto positivo ya sea directamente a través del transporte de vacunas o el aumento en la demanda de transporte de carga en general”.
El flete ya es un punto brillante. Muchas aerolíneas están obteniendo ganancias sin precedentes por el transporte de carga en el 2020, incluso mientras registran pérdidas récord en general.
Antes de la crisis, la mitad de la carga aérea mundial viajaba en unos 2,000 cargueros y el resto en aviones de pasajeros.
Debido a que las cuarentenas obligaron a la suspensión de vuelos, las tarifas de carga se dispararon, lo que ayudó a los transportistas a mantener abiertas las rutas de pasajeros restantes y evitar más números rojos. La participación de la carga en los ingresos se triplicará al 36% este año, gracias a que los precios o los rendimientos subirán un 30%, proyecta la IATA.
“Los márgenes de ganancia de todas las operaciones de carga serán muy fuertes en el 2020 como resultado de las circunstancias extraordinarias, y se mantendrán en ese nivel en el 2021 como resultado de la distribución de vacunas”, dijo el analista de HSBC Andrew Lobbenberg.
Las compañías de transporte que se unan al puente aéreo pueden esperar “un impacto muy significativo en el aspecto económico de la carga”, indicó en una nota.
Volar una dosis a cada humano llenaría unos 8,000 aviones 747, estima la IATA. Si bien es posible que una minoría de las distribuciones de vacunas no necesiten transporte aéreo, muchas requieren dos inyecciones por persona.
Algunos operadores de carga ya están viendo que otros productos serán retirados de los vuelos para hacer espacio a las vacunas, reportó boletín comercial The Loadstar.
“Hay mucha menos capacidad aérea en el mercado”, dijo el jefe de carga de United Airlines, Christopher Busch. “Por lo tanto, debemos equilibrar no solo las vacunas que están por llegar, sino cómo continuamos moviendo los productos que se movían antes”.