Por Parmy Olson
En el último mes, cuando la sangrienta invasión del Kremlin a Ucrania sacudió al mundo, las plataformas en línea en las que los rusos podían ver la verdad sobre la guerra cerraron una por una. Facebook e Instagram fueron prohibidas bajo la ley de “extremismo” de Rusia; TikTok suspendió la función de compartir video y YouTube está a punto de cerrar.
Solo una plataforma* de publicación global sigue en pie: Telegram, una aplicación de mensajería que se ha transformado más en un servicio de transmisión, donde una serie de “canales” con millones de suscriptores sueltan la verdad, así como las mentiras, sobre el conflicto en Ucrania. La aplicación continúa ejecutándose sin ninguna interferencia aparente del presidente ruso, Vladímir Putin, y la razón probable será irritante para cualquiera que respalde los controles estrictos de contenido engañoso: Telegram no hace absolutamente nada frente a las noticias falsas.
Telegram prohíbe el spam, las estafas, la violencia y la pornografía en sus términos de servicio, y lo hace con bastante ligereza. Tiene cientos de moderadores de contenido en comparación con los más de 15,000 de Facebook. Pero no tiene ninguna regla contra la desinformación, lo que significa que Telegram puede seguir siendo un canal valioso para que Putin llegue a los más de 50 millones de usuarios rusos de la aplicación con la propaganda que quiera (Telegram dice que tiene más de 500 millones de usuarios activos en todo el mundo).
Los moderadores de Telegram no tocan los canales populares pro-Kremlin como el del presentador de noticias de televisión Vladímir Soloviov o del líder de la república chechena Ramzán Kadyrov, quienes han distorsionado la verdad sobre la guerra para millones de suscriptores, así como Telegram dejó que floreciera información errónea sobre el COVID y las teorías de conspiración de QAnon en otros canales en la aplicación. El enfoque de la compañía ha sido promover ocasionalmente el asesoramiento de expertos en aspectos como las vacunas.
“Creemos que difundir información verificada es mucho más importante” que eliminar o marcar información engañosa, dijo un portavoz.
Esa postura se suma a una reputación ya controvertida de que acoge el extremismo y la diferencia de Facebook, Twitter, TikTok y YouTube, que tienden a etiquetar, clasificar o eliminar publicaciones engañosas.
Facebook, que pertenece a Meta Platforms Inc, ha cerrado redes enteras de cuentas que difunden desinformación rusa, mientras que TikTok, de ByteDance Ltd., etiquetó a los usuarios conectados a los medios estatales rusos. YouTube, de Alphabet Inc., prohibió un canal operado por el Ministerio de Defensa de Rusia, una medida que puede haber provocado la inminente eliminación de YouTube.
Telegram no ha hecho nada de eso. El fundador Pavel Durov, de 38 años, se describe a sí mismo como un libertario con principios de libertad de expresión, cultivados por haber crecido en la Unión Soviética, donde la censura era la norma. Desde alrededor del 2014, cuando el Kremlin asumió el control de una popular red social que él fundó, Durov ha vivido fuera del país y ahora tiene su sede en Dubái.
No está claro exactamente por qué el Kremlin ha dejado solo a Telegram, pero su capacidad para usar la aplicación como su propio megáfono sin interferencias y su lucha para prohibir la aplicación en el pasado, probablemente tengan algo que ver con eso.
“En los 20 años que llevo en la gestión de plataformas de discusión, noté que las teorías de conspiración solo se fortalecen cada vez que los moderadores eliminan su contenido”, dijo Durov en su canal oficial el año pasado. “En lugar de poner fin a las ideas equivocadas, la censura a menudo hace que sea más difícil combatirlas. Por eso, difundir la verdad siempre será una estrategia más eficiente que dedicarse a la censura”.
Durov, que posee el 100% de Telegram, ha sido flexible en sus principios bajo cierta presión legal. Por ejemplo, la aplicación se adhirió a las órdenes de la UE de prohibir las emisoras estatales rusas RT y Sputnik, y aceptó exigencias anteriores del Kremlin de eliminar parte de la “propaganda extremista”.
Pero la mayoría de las solicitudes del Gobierno han sido ignoradas como parte de una orgullosa tradición, incluida ahora la ley de “noticias falsas” del Kremlin que prohíbe que las plataformas en línea alojen contenido que haga referencia a la “invasión” o la “guerra” en Ucrania.
Esto hace que Durov esté en la cuerda floja de la moral y la práctica. Él sabe que tocar la propaganda estatal en su aplicación podría provocar una prohibición total en Rusia, dejando a los ciudadanos del país aún más a oscuras. Y aunque Telegram ha sobrevivido a una prohibición rusa antes (el Kremlin intentó bloquear la aplicación en el 2018 y su número de usuarios se duplicó con creces), Putin podría hacer algo más radical para que la prohibición se mantenga esta vez, como bloquear todo el tráfico de internet extranjero en Rusia.
Los usuarios de Telegram** también podrían ser más vulnerables a la vigilancia estatal en un momento en que Moscú está tomando medidas enérgicas contra la disidencia. Los comentarios en los grupos y canales de Telegram no tienen el mismo tipo de cifrado fuerte que se encuentra en las aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Signal.
Aun así, si el público ruso puede acceder a información en Telegram que de otro modo no obtendría, eso podría ayudar a mover al país hacia una reacción popular que podría desestabilizar la posición de Putin, especialmente si tal vez burbujea una oposición significativa en Moscú, o si, digamos, el Ejército bielorruso tiene dudas sobre el sabotaje de las líneas ferroviarias y necesita una razón para retirarse.
Resulta que los canales anti-Kremlin en Telegram han aumentado desde el comienzo de la guerra. Los suscriptores de las publicaciones de noticias independientes Novaya Gazetta y Meduza se duplicaron con creces a 1.2 millones y medio millón de suscriptores, respectivamente, en la aplicación.
“Una vez que cerraron los periódicos [independientes], cambiaron a los canales personales de Telegram”, dice Sergéi, un médico que huyó de Rusia el mes pasado y pidió no usar su apellido. Sigue canales en Telegram como el de Alexei Venediktov, redactor en jefe de la emisora de radio Echo of Moscow, que ya cerró. “Es muy conveniente”, agrega.
De los 10 canales de Telegram que han ganado más suscriptores en el último mes, seis son organizaciones de medios independientes o vinculados a personas que publican opiniones críticas sobre la guerra, según Telemetrio, un sitio web que rastrea las estadísticas de canales en Telegram. Incluyen Varlamov News y Yury Dud, un youtuber ruso popular que ha condenado abiertamente la invasión a Ucrania.
Los seguidores de Dud en Telegram se han duplicado en el último mes a 1.3 millones, lo que convierte al canal en uno de los de más rápido crecimiento en la aplicación. Aunque los nombres pro-Kremlin también tienen millones de seguidores, los perfiles independientes o de oposición parecen constituir la mayoría de los canales más importantes.
Telegram también se ha convertido en una de las principales formas en que los ucranianos publican videos, fotografías y relatos gráficos de la guerra para el resto del mundo. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, publica actualizaciones diarias y videos a sus 1.5 millones de suscriptores en la aplicación.
“Es la fuente número uno de información sobre el terreno procedente de Ucrania en la zona de combate”, dice Kevin Rothrock, editor del sitio de noticias ruso independiente Meduza. “Si ha visto cuentas de videos que muestran ataques aéreos, la mayoría de esos videos están en Telegram”.
Abordar la desinformación en internet es algo bueno, y las empresas de redes sociales deberían hacer más para detener la propagación de mentiras que perjudican el proceso democrático. Pero la avalancha de actividad alentadora en Telegram deja al descubierto una realidad incómoda en este conflicto: un enfoque de no intervención frente a las mentiras probablemente esté protegiendo un acceso fundamental a la verdad para los rusos. Por ahora, ese es un precio que vale la pena pagar.
* WhatsApp sigue disponible en Rusia y su uso es amplio, pero funciona como un sistema para chatear entre individuos o grupos, no como una emisora. WhatsApp limita los grupos en la aplicación a 256 personas y también tiene límites estrictos en el reenvío de mensajes, un esfuerzo por frenar la propagación de noticias falsas.
**Todos los mensajes en Telegram están fuertemente cifrados. El esquema de cifrado de Telegram está completamente documentado y sus aplicaciones son de código abierto. Con estos recursos, cualquier investigador puede verificar la integridad y la implementación del cifrado de Telegram. Varios investigadores lo han hecho, como los de la Universidad de Údine, Italia: https://arxiv.org/pdf/2012.03141v1.pdf. Vale mencionar también que todo lo que está almacenado en los servidores de Telegram es cifrado de manera segura.