El subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país, Dmitri Medvédev, advirtió este viernes que “no habrá gas ruso” en Europa si los Veintisiete ponen un tope al precio del combustible en medio de debates para hacer lo propio con el petróleo.
“Ocurrirá lo mismo que con el petróleo, simplemente no habrá gas ruso en Europa”, escribió Medvédev en Telegram.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, propuso este viernes fijar un precio tope para el gas ruso que se exporta a Europa a través de los diversos gasoductos, y reiteró la idea de desvincular el precio de la electricidad del precio del gas.
“Creo firmemente que ha llegado el momento de fijar un precio máximo para el gas exportado a Europa a través de gasoductos rusos”, dijo Von der Leyen en una intervención ante el grupo parlamentario conjunto de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU) en Murnau (sur de Alemania).
Las declaraciones de Von der Leyen se producen cuando los países occidentales discuten la introducción de topes al precio del petróleo ruso.
Los ministros de Finanzas del G7 reiteraron este viernes su propósito de reunir los apoyos necesarios para imponer un tope al precio del crudo ruso.
Según dijo hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aquellos países que apoyen esa iniciativa, dejarán de recibir petróleo ruso.
“Simplemente no vamos a cooperar con ellos en base a unos principios que son ajenos al mercado”, dijo.
Previamente, Medvédev había pronosticado un precio de 5,000 euros por cada mil metros cúbicos de gas para finales de año.
“Debido al aumento de los precios del gas hasta los 3,500 euros por cada mil metros cúbicos, me veo obligado a revisar al alza el coste previsto hasta los 5,000 euros para finales de 2022″, dijo el político.
Debido al alza de los precios, incluso con la reducción actual del suministro ruso a la Unión Europea, el Estado ruso puede ingresar US$ 20,000 millones en un trimestre por la exportación de gas, según los cálculos de los expertos.
Los gobiernos de varios países de la UE han anunciado programas de ahorro energético ante el incremento dramáticos de los precios del gas, que se situó a finales de la semana en unos US$ 2,500.