Portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, asiste a una reunión del presidente Putin en San Petersburgo. (Foto: AFP)
Portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, asiste a una reunión del presidente Putin en San Petersburgo. (Foto: AFP)

Rusia consideró que el anuncio de Estados Unidos de que podrá sancionar a las empresas que participen en el Nord Stream 2 y en el ruso-turco TurkStream es una forma de presionar a Europa para que ya no compre gas a Rusia, sino a otras potencias, aún en condiciones menos ventajosas.

“Esto por supuesto no es más que una continuación de una competencia desleal, un intento de forzar a los europeos a comprar gas más caro bajo unos términos menos ventajosos”, declaró el portavoz del , Dmitri Peskov.

Estados Unidos eliminó este miércoles una norma que evitaba la imposición de sanciones a las compañías implicadas en Nord Stream 2, que suministrará gas ruso a Alemania a través del mar Báltico.

El gasoducto tendrá la capacidad de llevar 55,000 millones de metros cúbicos de gas al año a Europa y está siendo implementado por la compañía estatal rusa Gazprom y las empresas francesa Engie, las alemanas Uniper y Wintershall, la austríaca OMV y la anglo-holandesa Shell.

El Departamento de Estado tomó la decisión de eliminar las excepciones que había incluido en una ley, aprobada por el Congreso en el 2017 para castigar a Rusia por su anexión de la península ucraniana de Crimea en el 2014, su papel en la guerra civil siria y su supuesta injerencia en los comicios de Estados Unidos del 2016.

Esto significa que, a partir de ahora, podrán ser sancionadas las empresas que participen en el gasoducto Nord Stream 2 y también aquellas implicadas en una parte del Turkstream, cuyo primer tramo lleva gas ruso por el mar Negro a Turquía y el segundo lo transportará al sur y sureste de Europa.

En el TurkStream participan, además de Gazprom y la turca Botas, el consorcio South Stream Transport, con sede en Holanda, y Allseas Group, con sede en Suiza, al igual que es el caso de Nord Stream AG.

Estados Unidos también impuso nuevas sanciones contra los intereses del empresario ruso Yevgueni Prigozhin, conocido como el "chef" de Putin por organizar banquetes oficiales y que es acusado por Washington de interferir en las elecciones presidenciales del 2016.

En concreto, sancionó a cinco empresas vinculadas a Prighozin basadas en Sudán, Hong Kong y Tailandia y que supuestamente ayudan al empresario a eludir las ya existentes sanciones estadounidenses,, y a tres personas a fin de frenar "la actividad desestabilizadora global" del empresario.

Pekov dijo al respecto que el Kremlin “considera extremadamente negativa cualquier sanción contra ciudadanos rusos, contra entidades jurídicas rusas”.