El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, quien logró la reelección en los comicios del domingo, tiene ante sí una serie de retos, buena parte de ellos en el plano económico y social.
Para este año se espera que la economía local crezca un 5%, el doble que en 2023, consolidándose como una de las de mayor expansión en la región.
Pero, al mismo tiempo, persisten deudas sociales y marcadas desigualdades, un deficiente sistema sanitario, a lo que se suma la expansión de la economía informal, mientras la pobreza monetaria general se ubica en el 23.0% y la extrema en el 3.2%.
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Momento para las “transformaciones”
Desde hace años el país tiene pendiente una reforma fiscal, una promesa de campaña de Abinader, pero que se ha ido posponiendo y economistas locales consideran que este es un buen momento, político y económico, para ponerla en marcha.
El propio Abinader, nada más llegar al poder en agosto de 2020, presentó un plan de reforma fiscal con nuevos impuestos para afrontar la crisis tras la pandemia, pero lo retiró inmediatamente debido a las críticas y acabó por descartarlo un año después.
Hace apenas unos días, en una comparecencia en el Consejo de la Empresa Privada (Conep), el jefe de Estado, quien este domingo se alzó con casi el 58% de los sufragios, reconoció que en el país hay “muchas reformas pendientes” y citó, entre estas, la fiscal o la del sistema de seguridad social.
También se refirió a la reforma que ya puso en marcha para transformar la Policía Nacional, una de las instituciones más cuestionadas a nivel nacional.
Seguro de su triunfo electoral, Abinader, un economista de 56 años del Partido Revolucionario Moderno (PRM, liberal y progresista), dijo entonces ante los empresarios: en los próximos cuatro años “tenemos un gran reto, casi una única oportunidad, de hacer las grandes reformas a favor del pueblo dominicano”.
Pero, prometió, “todas las vamos a discutir” hasta lograr un “consenso” con las demás fuerzas políticas.
Preparado para los nuevos retos
Tras superar lo peor de la crisis derivada de la pandemia, el país caribeño está “preparado” para afrontar posibles eventualidades, locales o foráneas, de acuerdo con el propio jefe de Estado, que asumirá su próxima gestión el 16 de agosto.
En su comparecencia en el Conep, el gobernante se mostró “muy optimista” del momento que vive República Dominicana, lo que, subrayó, “no quiere decir que no vamos a tener dificultades”, pero “estamos preparados para enfrentarlas”.
Abinader asumió en 2020 el cargo en plena pandemia y estos cuatro años “han sido de grandes retos”, pero el país “ha ido avanzando”, dijo.
Y es que, en este cuatrienio, República Dominicana ha roto marcas en sectores estratégicos como el turismo, su principal fuente de divisas, o la inversión extranjera directa, pero también en las remesas, otro de los pilares de la economía nacional.
Pese al buen desempeño económico, organismos internacionales destacan que el país no ha logrado generar empleos de calidad y propone mejorar el acceso a bienes y servicios básicos de calidad como la educación, la salud, el agua y la electricidad.
Corrupción e inseguridad
El combate a la corrupción y la inseguridad también están entre los temas que deberá afrontar Abinader el próximo cuatrienio.
Si bien ha habido avances en la lucha contra la corrupción a raíz del gran movimiento de lucha contra ese flagelo que se produjo entre 2017 y 2019, persiste la demora en los procesos judiciales, de acuerdo con el último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). El informe también advierte de casos que han caído en la impunidad a causa de la demora.
Otro tema de vital interés es la inseguridad ciudadana, que, junto al costo de la vida y el desempleo, siguen figurando entre los principales problemas de los dominicanos, según coinciden las encuestas.