¿Qué está generando el descontento social en Chile? Una análisis elaborado por Financial Times busca las respuestas. Eugenio Tironi, consultor político en Santiago, en diálogo con este medio, comparó las protestas con el movimiento de los ‘chalecos amarillos’ que estalló en Francia el 2018, provocado por el aumento en el precio de los combustibles.
“En Chile, no fue exactamente un aumento desproporcionado de las tarifas. Fue del tipo que ha sucedido regularmente en el pasado.. pero se agrega una sensación más generalizada de que los salarios no están al día con el aumento del costo de vida, especialmente a medida que aumenta la carga de la deuda”, acotó.
“Esto está lejos de terminar. Es enorme”, comentó.
Para este especialista, las protestas de Ecuador –en la que también hubo descontento tras la eliminación de los subsidios a los combustible dispuesta por el Gobierno- es distintas a Chile.
“Al menos en Ecuador hay movimientos claros contra el Gobierno. Aquí no hay nada de eso”, comentó.
Al igual que Francia, las protestas en Chile fueron más espontáneas y descentralizadas. Lo que ha dificultado que las fuerzas de seguridad –refiere el artículo de Financial Times- eviten la violencia.
“Al profundo está pasando en Chile”, dijo Marta Lagos, una encuestadora y analista política de Santiago. Una gran parte de la población se sintió abandonada. “Este no es solo un grupo de niños violentos, es mucho más que eso. Esto es solo la punta del iceberg. Eso produce una situación muy volátil”.
Según Lagos, el gobierno de Piñera no ha entendido el impacto que los altos niveles de desigualdad y el empleo precario han tenido en la sociedad.
“Pinera cree que (las protestas) son un problema de seguridad, un problema de violencia y saqueo. No se da cuenta que hay un profundo malestar social que persistirá.. No se puede solucionar con un toque de queda”, argumentó la analista.
El gobierno de Piñera –cuya falta de mayoría en el Congreso le ha impedido implementar muchas de las reformas favorables al mercado- está en peligro de encontrar obstáculos aún mayores por parte de la oposición envalentonada.
“El gobierno de Piñera es ahora un gobierno cojo. No podrá impulsar sus reformas a través del Congreso”, dijo –a Financial Times- Patricia Navia, politóloga de la Universidad de Nueva York.
Si bien es posible que se apruebe una reforma de pensiones de suma importancia, añadió, eso se debe a que el proyecto de ley de Piñera se diluirá hasta el punto que probablemente se parecerá mucho a una propuesta del anterior gobierno de centro izquierda.