El proyecto global para distribuir las vacunas contra el COVID-19 está teniendo dificultades para asignar más de 300 millones de dosis disponibles, en la última señal de que el problema de inmunizar al mundo ahora es más una cuestión de demanda que de oferta.
El año pasado, las naciones ricas aplicaron la mayoría de las vacunas disponibles para inocular primero a sus propios ciudadanos, lo que supuso que hasta ahora menos de un tercio de las personas en los países de bajos ingresos han sido vacunadas en comparación con más del 70% en las naciones desarrolladas.
Sin embargo, a medida que aumentaron los suministros y las donaciones, las naciones más pobres enfrentan otros obstáculos como brechas en la cadena de frío, dudas sobre la inoculación y falta de dinero para apoyar las redes de distribución, dijeron funcionarios de salud pública.
En enero, COVAX, el programa global de vacunas dirigido por Gavi y la Organización Mundial de la Salud (OMS), tenía 436 millones de vacunas para asignar a los países, según un documento publicado a mediados de febrero.
Pero las naciones de bajos ingresos solo solicitaron 100 millones de dosis para su distribución a fines de mayo, la primera vez en 14 rondas de colocación en que la oferta ha superado la demanda, según el documento del Grupo de Asignación Independiente de Vacunas de COVAX.
Cuando se le pidió que comentara, un portavoz de Gavi señaló que COVAX ahora estaba en una situación en la que había suficiente suministro actual para satisfacer la demanda, pero reconoció que la distribución de las vacunas era un problema en varias naciones menos desarrolladas.
“Solo cerraremos la brecha de equidad en vacunas de una vez por todas si podemos ayudar a los países a aplicarlas rápidamente y a gran escala”, indicó el portavoz.
Las vacunas que no sean asignadas por COVAX en esta ronda podrán ser colocadas nuevamente más adelante.
Mientras los países ricos están abriendo sus economías, la OMS y otros expertos en salud pública advierten que el lento proceso de vacunación en las regiones más pobres le dará al coronavirus la oportunidad de mutar nuevamente y potencialmente crear nuevas variantes.
Neveras y congeladores
La baja demanda de vacunas en la asignación de enero se explica en parte por los recientes aumentos en los suministros. COVAX ya asignó decenas de millones de dosis para ser entregadas en el primer trimestre.
Los funcionarios involucrados en la distribución de vacunas dijeron que eso significaba que los países se mostraban reacios a aceptar más dosis que no podrían usar.
El miércoles se llevará a cabo una cumbre para abordar los desafíos de distribución en Abuya, Nigeria, convocada por la Alianza de Entrega de Vacunas en África de la Unión Africana con la asistencia de la OMS, Gavi y otras entidades que desean extender campañas de inoculación en África.
Había esperanzas de que los países africanos pudieran administrar miles de millones de dosis de vacunas para el COVID-19, dada su experiencia en el tratamiento de enfermedades mortales desde el ébola hasta la malaria.
Pero dos años después de la crisis, una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (unicef) en enero, a la que Reuters tuvo acceso, destacó algunos desafíos sobre el equipo necesario para aumentar la distribución de las vacunas.
Se hallaron “brechas críticas” en 44 de los 55 estados miembros de la Unión Africana: 24 países dijeron que necesitaban refrigeradores, 18 necesitaban congeladores, 22 requerían cámaras frigoríficas y 16 no tenían suficientes cámaras frigoríficas.
Un portavoz de la Unicef afirmó que ya se habían entregado más de 800 congeladores de cadena ultrafría a casi 70 países, así como 52,000 refrigeradores.
“Seguimos ayudando a los países a identificar y cerrar las brechas de capacidad de la cadena de frío a medida que aumenta la oferta y los gobiernos ajustan los objetivos de vacunación a nivel nacional en respuesta”, dijo.
Los funcionarios involucrados en la distribución de vacunas en África también comentaron que era necesario centrarse más en comunicar la importancia de vacunarse y abordar la desinformación.
El dinero también ha comenzado a agotarse para iniciativas globales a medida que las naciones más ricas buscan superar el COVID.
Gavi dice que solo ha recaudado US$ 195 millones de los US$ 5,200 millones que solicitó este trimestre. El dinero se utiliza para adquirir y enviar vacunas, así como para proporcionar jeringas y apoyo para la entrega en los países.
Los esfuerzos para distribuir pruebas y terapias, como los nuevos antivirales, enfrentan problemas similares de flujo de caja, según Philippe Duneton, director ejecutivo de Unitaid.
“No queda mucho dinero de lo que hemos recibido”, dijo refiriéndose particularmente a las terapias.
“Hay alrededor de US$ 100 millones, pero necesitamos más para hacer que el acceso a estos medicamentos, incluido el acceso a las pruebas, sea asequible para la comunidad internacional”, añadió.