El presidente colombiano Gustavo Petro posesionó el jueves a una parte de su gabinete de ministros con el que buscará sacar adelante ambiciosas reformas económicas y sociales.
Se trata de un equipo paritario y progresista con alta participación de la izquierda, el centro y algunos partidos tradicionales que se unieron a su coalición.
Tras la toma de juramento de los ministros de Trabajo, Minas, Comercio, Vivienda, Transporte y Deporte, Petro les encomendó priorizar a las regiones y los grupos más excluidos para que sean los primeros objetivos de toda labor administrativa y política pública.
Colombia cuenta con 18 ministerios. Se espera que en los próximos días asuma el resto del gabinete que ya fue anunciado. Solo resta la designación en el Ministerio de Ciencia.
El analista político Johan Caldas, de la Universidad de la Sabana, dijo que el gabinete de Petro es una combinación que representa el primer triunfo de la izquierda en el país y los acuerdos políticos que hizo para lograr gobernabilidad con partidos tradicionales como el Liberal, el Conservador y La U.
Algunos nombramientos han estado más direccionados a dar tranquilidad, como el del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, que se define como socialdemócrata y cayó bien en los gremios y los mercados.
Los perfiles de otros han estado dirigidos a cumplir metas específicas de su gobierno, como el canciller Álvaro Leyva, quien por su experiencia tiene la tarea de buscar restablecer las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa del país.
Los analistas coinciden en que una de las apuestas más arriesgadas de Petro fue la designación de su ministro de Defensa, Iván Velásquez, un abogado con una larga trayectoria en la investigación de corrupción.
Para Yann Basset, analista político y profesor de la Universidad del Rosario, en términos generales Petro ha querido enviar mensajes de tranquilidad mostrando que “no era tan radical como lo pintó la derecha durante la campaña” y buscando una coalición amplia.
Sin embargo, la designación de un abogado defensor de los derechos humanos en la cartera de Defensas es “una señal clara de que el gobierno quiere depurar de cierto modo las fuerzas armadas”.
En los ministerios de Trabajo y Minas hay un cambio de visión radical, agregó Caldas. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, viene del Partido Comunista y ha propuesto modificar el horario laboral. Mientras la ministra de Minas, Irene Vélez, es filósofa y no tiene experiencia en el sector. Vélez será la encargada de liderar la transición hacia una economía no extractivista.