Un programa estatal de varias décadas para subsidiar la plantación de árboles en una de las naciones más ricas de Sudamérica condujo a una pérdida de biodiversidad y no ayudó mucho a aumentar la capacidad de los bosques para absorber gases de efecto invernadero.
Las plantaciones forestales en Chile se duplicaron entre 1986 y 2011, mientras que los bosques nativos se redujeron en 13%, de acuerdo con un nuevo informe realizado por académicos estadounidenses y chilenos. El país subsidió la plantación de árboles mientras su sector forestal prosperaba durante ese período.
Sin embargo, los beneficios ambientales no son tan evidentes. Los subsidios aceleraron las pérdidas de biodiversidad en Chile, ya que las plantaciones a menudo se centran en una o dos especies de árboles rentables, según el informe.
Si bien el área forestal se expandió más de 100% entre 1986 y 2011, el carbono almacenado en la vegetación aumentó solo 1.98% durante ese período.
En el artículo publicado el lunes en Nature Susainability, los investigadores dijeron que sus simulaciones indican que, al intentar alentar el aumento de las plantaciones para lograr bosques con mayor biodiversidad, los subsidios en realidad aceleraron la pérdida de biodiversidad en Chile.
El caso de Chile entrega varias lecciones de precaución, según Robert Heilmayr, de la Universidad de California Santa Barbara; Cristian Echeverría, de la Universidad de Concepción, en Chile; y Eric F. Lambin, de la Universidad de Stanford.
Plantar árboles puede aumentar la biodiversidad y combatir la erosión del suelo. Los bosques tienen la capacidad de absorber dióxido de carbono en la atmósfera, convirtiéndose en los llamados “sumideros de carbono”, que contribuyen a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global.
Pero el caso de Chile muestra que plantar árboles a gran escala es costoso y podría no contribuir mucho a la lucha contra el cambio climático.
Los registros gubernamentales citados por los investigadores indican que Chile pagó un promedio de US$ 447 por hectárea, o US$ 408 millones, para plantar un área de 912,000 hectáreas, casi tres veces el tamaño de Rhode Island. Alrededor de 4.7% de la pérdida de bosque nativo que ocurrió durante estos años es resultado de subsidios.
El programa de Chile fue exitoso desde el punto de vista económico. Los productos forestales y arbóreos como la madera y la celulosa representaron exportaciones de US$ 2,300 millones en el 2019, o 3.3% del total del país, según el Banco Central de Chile. Firmas como Empresas CMPC SA o Celulosa Arauco y Constitución SA están entre los principales productores forestales del mundo.
Sin embargo, también era costoso y no generaba vastas áreas de bosque nuevo. El documento estimó que el Gobierno de Chile pagó 30 veces más por hectárea para subsidiar plantaciones adicionales que no se habrían plantado debido a la demanda del mercado de productos forestales.
Un poco más de 3% de la expansión de plantaciones de 1986 al 2011 puede atribuirse a subsidios en lugar de a las fuerzas del mercado.