Tres años después de que la fracturada oposición de Venezuela se uniera en torno a Juan Guaidó con un fuerte respaldo de Estados Unidos, varios de esos mismos partidos políticos están listos para desafiar a Washington y deshacerse de él como el rostro insignia de su movimiento.
Un grupo de Gobiernos, liderado por Estados Unidos, está presionando a las partes para que extiendan el mandato de Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional y jefe del Gobierno interino de la oposición después de que expire en enero, según ocho personas con conocimiento directo de la situación.
Tres de los cuatro principales partidos de oposición se oponen a la idea e incluso algunos miembros del propio partido Voluntad Popular de Guaidó no se han sumado, según las personas.
“Hay la intención de extender el mandato del Gobierno de Guaidó. Eso no ha ayudado al pueblo venezolano y yo no lo voy a apoyar”, dijo Henrique Capriles, ex candidato presidencial del partido Primero Justicia cuyo apoyo a Guaidó —que fue clave en el 2019— se ha enfriado por los recientes tropiezos del Gobierno interino.
La disidencia se deriva del fracaso del Gobierno de Guaidó para derrocar al presidente, Nicolás Maduro, y de las discrepancias sobre el manejo de activos en el extranjero, dijeron las personas.
Es probable que la división fortalezca a Maduro antes de las elecciones del 21 de noviembre para alcaldes y gobernadores, las primeras en tres años en las que la oposición planea participar. Todavía tiene que unificarse en torno a los candidatos en los pocos cargos en los que tiene una oportunidad, y la disputa sobre Guaidó se suma al desorden.
Esto también sucede después de que Maduro se retiró de las negociaciones con la oposición el mes pasado en México, un resultado —dijo— de la extradición de un aliado clave por parte de Estados Unidos.
Los representantes de Guaidó declinaron hacer comentarios. En un tuit reciente, Guaidó dijo que el apoyo de representantes estadounidenses como el senador Dick Durbin es clave en la lucha para “derrotar la tragedia que representa la dictadura”.
Partidos divididos
El líder del partido Primero Justicia, Julio Borges, quien se ha desempeñado como delegado de Guaidó de relaciones exteriores y embajador ante las Naciones Unidas, se opone a extender su mandato, al igual que los líderes de los partidos Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, dijeron las personas.
Una coalición de más de dos docenas de pequeños partidos políticos, que controla un bloque de votantes minoritarios en la Asamblea, planea respaldar a Guaidó, según una de las personas. La Asamblea ya votó una vez para extender el mandato de Guaidó, pero no está claro si intentarán una votación similar antes de la fecha límite de enero.
Cuando Guaidó se posicionó hace casi tres años en el escenario, con 35 años de edad, fue como resultado de una interpretación y alternativa constitucional a Maduro, quien se asumió el poder luego de unas elecciones vistas como fraudulenteas.
Muchos venezolanos guardaron la esperanza de que la combinación de la unidad de la oposición, el respaldo internacional y las sanciones de Estados Unidos sacarían a Maduro y crearían las condiciones para celebrar nuevas elecciones. Con el argumento de que la presidencia de Maduro no tenía base legal, Guaidó estableció un Gobierno en la sombra, que incluía misiones diplomáticas paralelas.
Pero Maduro se mantuvo firme y la posición de Guaidó ha disminuido en una nación que alguna vez fue rica y que se desmorona lentamente. Muchos de los que buscan un futuro para Venezuela más allá de Maduro ahora buscan reagruparse y concentrarse en ganar las elecciones presidenciales en el 2024. Piden que el Gobierno vuelva a la mesa de negociaciones, dijeron las personas.
Funcionarios estadounidenses, encabezados por el embajador James “Jimmy” Story, se han reunido con dos líderes clave de la oposición: Borges y Leopoldo López, un político exiliado que es el fundador y líder del partido de Guaidó y una de las fuerzas detrás del plan para extender el mandato, dijeron las personas.
El Departamento de Estado no comenta sobre el contenido o la existencia de conversaciones diplomáticas privadas, dijo un portavoz en una respuesta por correo electrónico a las preguntas.
“Estados Unidos sigue reconociendo la autoridad de la Asamblea Nacional del 2015 elegida democráticamente como la última institución democrática que queda, y de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela”, escribió el portavoz.
Borges y López no respondieron a los mensajes en busca de comentarios.
Aunque Guaidó prácticamente no tiene autoridad política en el país, su reconocimiento como líder interino por otros Gobiernos le ha dado control sobre miles de millones de dólares en activos que Venezuela posee en esos países, incluida la empresa matriz de la refinería de petróleo y distribuidora de gas Citgo Holding Inc.
La pregunta ahora es qué sucederá una vez que el mandato de la Asamblea, que le da a Guaidó su derecho al poder, expire en enero. Si Guaidó no tiene mandato en casa, su control sobre la petrolera estatal PDVSA y los activos del banco central en el extranjero puede caer en un vacío.
Algunos de sus partidarios dicen que quedarse con Guaidó es vital porque se trata fundamentalmente de mantener la atención centrada en la naturaleza ilegal del Gobierno de Maduro, no en si todos “aman” a Guaidó.
“Debe continuar hasta que se realicen elecciones libres, ya que es la base del argumento que sustentó que la comunidad internacional declarara a Maduro como un líder ilegítimo”, dijo José Ignacio Hernández, ex fiscal general de Guaidó. “Los que se le oponen estarían violando la constitución. Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea han pedido elecciones presidenciales libres”.