(Foto: Diego RAMOS / AFP).
(Foto: Diego RAMOS / AFP).

El coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, no se activa con el frío del invierno como la gripe estacional ni le tiene miedo al calor, como lo demuestran las elevadas temperaturas en los dos países más afectados del mundo, Estados Unidos y Brasil.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que los seis meses de pandemia indican que "la estación no afecta a la transmisión de este virus".

En cambio, lo que sí influye en su transmisión -y fuertemente- son las grandes reuniones, que la gente no respete la distancia social y que no tome todas las precauciones complementarias, insistió la organización.

Parece que existe la idea fija de que el virus es estacional, pero hay un tremendo número de contagiados en Estados Unidos en medio del verano, o en Brasil, Filipinas y otros países ecuatoriales con temperaturas elevadas”, declaró una de las portavoces de la OMS, Margaret Harris.

Insistió en que este nuevo coronavirus "se comporta de forma diferente" a otros coronavirus y de virus causantes de afecciones respiratorias.

Estos últimos, en efecto, suelen ser estacionales y su capacidad de transmitirse de una persona a otra se intensifica en condiciones de frío.

En cambio, el SARS-CoV-2 "no lo hace igual y le gustan todos los climas y saltar de una persona a otra simplemente cuando están cerca".

El epicentro de la pandemia se localiza en las Américas y Sudamérica se encuentra en pleno invierno, lo que aviva los temores por la confusión que puede causar que el coronavirus y el virus de la gripe circulen al mismo tiempo.

A este respecto, Harris anotó que la OMS está atenta a la situación en el hemisferio sur y a los resultados de los test de gripe y de COVID-19 que se están realizando.

Lo que es interesante es que mientras vemos altos niveles de COVID, no vemos altos niveles de gripe por el momento, así que en el hemisferio sur esperamos una temporada atrasada de gripe”, explicó.

La portavoz reconoció que sería preocupante tener una alta pre-valencia de gripe y de COVID-19 simultáneamente porque esto supondría una presión tremenda para los sistemas sanitarios.

Por esto recomendamos que todos se vacunen contra la gripe, para al menos limitar la exposición a ese virus”, explicó.

-Precios de los test-

Harris también se refirió al precio que tienen en algunos países los test de COVID y el hecho de que sean los individuos los que tengan que desembolsar ese dinero, a menos que su estado sea grave y hayan sido admitidos en un establecimiento hospitalario.

En su diálogo con la prensa, surgieron los casos de la República Democrática del Congo, uno de los países más pobres del mundo y donde un test de COVID cuesta US$ 30; o el de México, don-de un test de diagnóstico molecular puede costar hasta US$ 500.

Nuestra premisa es hacer más y más test porque es esencial para saber dónde está el virus, pero los mecanismos para ello dependen de cada país”, reconoció.

La OMS -recordó- pide a los gobiernos que hagan esos test lo más accesibles que sea posible para la población.

-¿Vacuna antes de las elecciones en EE.UU.?-

La jefa del área científica de la OMS, Soumya Swaminathan, afirmó el pasado viernes que tres vacunas se encuentran en la fase 3 de ensayos clínicos -lo que implica probarlas con decenas de miles de personas para establecer su nivel de seguridad y eficacia- y que los resultados podrían conocerse de aquí a unos seis meses.

Sin embargo, el principal epidemiólogo de Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo este lunes que los resultados de la vacuna desarrollada por la firma estadounidense Moderna (en fase 3) podrían estar listos antes de las elecciones del 4 de noviembre en las que el presidente Donald Trump se juega la reelección.

Al respecto, Harris dijo que Swaminathan hablaba del tiempo que “en general” requiere la fase 3 de un ensayo de vacunas, mientras que Fauci “habló de una situación específica sobre la cual tiene información específica”, sin aclarar más al respecto.