Los desplazamientos por el Año Nuevo lunar protagonizaron este martes la vida en China, que espera millones de viajes pese a las restricciones por los rebrotes de COVID-19 con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Invierno, que comenzarán el 4 de febrero en Pekín.
El celo de las autoridades es especialmente intenso ante la llegada de las festividades más importantes del año en el país asiático, que alcanzarán su punto culminante el 31 de enero, la noche de año nuevo.
Durante este periodo, los chinos acostumbran a volver a su lugar de origen, lo que da lugar a la mayor migración humana del planeta.
Para muchos emigrantes rurales en las grandes ciudades del país es el único momento del año en el que pueden reunirse con sus familias.
Así pues, esta misma semana comenzó el ‘chunyun’, el periodo de 40 días de durante el cual los chinos acometen la vuelta a casa, lo que supone los días más ajetreados para las redes de transporte.
Pese a que las autoridades de varias localidades como Pekín han pedido a los residentes que pasen las festividades en la capital, incluso con recompensas de hasta 500,000 yuanes (US$ 78,730, 69,000 euros) a las empresas que logren retener a sus empleados en la ciudad, se esperan en este período 280 millones de desplazamientos en tren y aproximadamente 600,000 vuelos.
Los funcionarios esperan que los desplazamientos no supongan un estallido de la contagiosa variante ómicron, la cual ha provocado restricciones en ciudades que ya han registrado casos como Tianjin (noreste) o Anyang (centro).
Nuevos casos en Pekín
Pekín, que albergará los Juegos Olímpicos en poco más de dos semanas, exige ahora pruebas negativas antes y después de entrar en la ciudad.
Sus autoridades anunciaron hoy la detección de un nuevo positivo relacionado con el primer caso por ómicron hallado el pasado fin de semana, recogen medios locales.
En consecuencia, los vecindarios de los positivos ya están confinados y se están realizando pruebas de ácido nucleico a cualquier persona que haya podido tener contacto con ellos.
Pese a que, según las cifras oficiales, existen menos de 20 casos activos de COVID-19 en Pekín, la cifra se encuentra en el umbral de lo tolerable para las autoridades, que siguen aplicando la política de “tolerancia cero” contra el coronavirus.
La estricta estrategia implica restricciones a la movilidad, cuarentenas y campañas de PCR masivas allá donde se detecta algún caso.
Además, numerosas escuelas pequinesas de primaria y secundaria adelantarán las vacaciones por el Año Nuevo o pondrán en marcha clases en línea a partir de mañana miércoles.
En algunos casos, las restricciones se extenderán hasta el 21 de febrero, después de las vacaciones.
Entretanto, los habitantes de Xi’an (centro) han visto relajado el confinamiento al que se hallan sometidos desde hace casi 30 días después de que la ciudad informase de cero nuevos casos durante siete días consecutivos.
Los medios chinos informaron hoy de que algunos estudiantes universitarios han recibido permiso para abandonar la ciudad y volver a sus provincias natales.
Sin embargo, en la capital china las festividades por el Año Nuevo lunar coincidirán con el comienzo el 4 de febrero de la cita olímpica, que se celebrará bajo estrictas medidas de prevención.
Una burbuja olímpica
Todos los atletas y profesionales que trabajen en los Juegos de Invierno y que vengan de fuera de China deberán permanecer en una “burbuja” durante la totalidad de su estancia en la capital china.
No tendrán ningún contacto con la población local y las autoridades de Pekín incluso han llegado a establecer directrices sobre cómo interactuar para minimizar el contacto en caso de accidente vial con uno de los vehículos especiales que transportará a los habitantes de la burbuja entre el alojamiento y las instalaciones deportivas.
Además, este lunes, el Comité Organizador de Pekín 2022 confirmó que no se venderán entradas a personas venidas del extranjero y que solo “espectadores designados” podrán asistir en vivo a los eventos, aunque no desveló más detalles acerca de su identidad.
El comité justificó su decisión en “la protección de la salud y la seguridad del personal y el público” de la cita olímpica, explicó en un comunicado.
La capital china se convertirá en la primera ciudad en albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno y de Verano y Pekín 2022 será la tercera cita olímpica consecutiva que se celebre en Asia tras las de Pyeongchang en Corea del Sur en el 2018 y la de Tokio en el 2021.
Según las cuentas oficiales de China, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 105,258 personas en el país, entre las que 97,092 lograron recuperarse y 4,636 fallecieron.