Lo que ahora ha sido una ola de calor récord en Europa, en menos de 15 años será solo un verano promedio –incluso si los países cumplen sus objetivos climáticos– donde la norma será que el continente sufra de sequías e incendios de forma regular.
A fines de siglo, un verano típico será 4 °C más caluroso que los niveles preindustriales, más del doble del objetivo de 1.5 °C establecido por el Acuerdo de París, según un informe del Met Office Hadley Centre.
El Grupo Asesor de Crisis Climática (CCAG, por sus siglas en inglés), una coalición internacional de científicos que encargó el informe, instó a una rápida reducción de las emisiones que aumentan la temperatura del planeta, medidas para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera y un plan para volver a congelar el océano Ártico, que ha sufrido algunos de los calentamientos más extremos hasta la fecha.
“La situación empeorará aún más, ya que se prevé que el clima en Europa sea aún más extremo que el observado este verano”, dijo en un comunicado David King, presidente de CCAG. “Estos datos no consideran completamente la inestabilidad del Ártico, que ahora sabemos que es un punto de inflexión global que podría desencadenar importantes consecuencias para todo el planeta”.
El futuro del Ártico es una de las principales incertidumbres para los científicos que intentan hacer pronósticos sobre el cambio climático.
El informe se conoce en medio de temores de un retroceso mundial en las iniciativas climáticas producto de los precios récord de la energía que enfrentan los gobiernos tras la invasión rusa a Ucrania.
Por ejemplo, se prevé que el consumo mundial de carbón alcance un récord este año, ya que las estimaciones apuntan a un aumento de 7% en el consumo del combustible sucio por parte de la Unión Europea, según la Agencia Internacional de Energía.
Al mismo tiempo, las altas temperaturas implican que es posible que Europa esté sufriendo su peor sequía en 500 años, según el Centro Común de Investigación de la UE.
Eso ya ha tenido una serie de efectos colaterales, desde cosechas arruinadas hasta que ríos clave como el Rin se vuelvan innavegables para el transporte de carga, alterando las cadenas de suministro de Europa y aumentando una ya creciente inflación. Al mismo tiempo, incendios forestales en Francia, España, Portugal y Rumania arrasaron áreas equivalentes aproximadamente a una quinta parte de Bélgica.
Los planes de la UE a más largo plazo para reducir las emisiones siguen en general por buen camino, ya que el objetivo del bloque es reducir los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera en un 55% para fines de la década. A nivel mundial, los países se reunirán en Egipto en noviembre para discutir cómo cumplir con objetivos climáticos más estrictos.
La preocupación es que no será suficiente para evitar escenarios de calentamiento más extremos.
“Los riesgos de un clima extremo, como incendios, sequías e inundaciones repentinas, seguirán aumentando rápidamente a menos que se reduzcan de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero”, señaló Peter Stott, científico de Met Office.