Más de 130 niños migrantes y desplazados terminaron su educación en la primera escuela para esta población en un albergue de la ciudad fronteriza de Tijuana, en el estado mexicano de Baja California, según explicó este viernes a EFE el director Gustavo Banda Aceves.
Gustavo Banda Aceves, director del albergue Embajadores de Jesús, enclavado en una zona marginada en la periferia de Tijuana, resaltó la importancia de ofrecer educación a las infancias migrantes.
“No solo por ser un derecho universal, sino por el desarrollo que les propicia a estas niñas y niños cuando sus familias están en tránsito y a la espera de asilo en Estados Unidos”, dijo.
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Bajo esa premisa, hace un año inició formalmente y con validez oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP) la escuela ‘Ciudad de Dios’ para primaria y secundaria, arropada por la fundación ‘Love Does’, cuya primera generación se graduó este fin de semana.
El profesor Antonio Guzmán, quien imparte clases en esta escuela desde su fundación, compartió que en este primer ciclo se graduaron más de 130 alumnos provenientes de El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia, Haití, así como de los estados mexicanos de Michoacán y Guerrero.
El maestro originario del estado de Chiapas (sur de México) contó que hace un par de años fue desplazado de su pueblo de origen, lo que lo llevó a Tijuana, donde conoció al pastor Banda Aceves, y supo entonces que “su voluntad” era quedarse y servir a la comunidad.
“Para servir también a la población migrante, ya que yo también soy predicador, y desde entonces, apoyo en el albergue en todo lo que se requiera”, apuntó Guzmán, quien lleva 29 años como profesor, desde 1995.
Reconocer sus contextos
Guzmán resaltó que los alumnos “estaban muy animados y entusiasmados” desde que se les avisó que tendrían una escuela, cuyas clases iniciaron el 3 de abril de 2023, “con la atención integral para todos”.
El profesor señaló que se imparten las materias básicas, español y matemáticas, además de una materia especial de ecología con prácticas en un huerto y una granja que tienen en el albergue, donde aprenden sobre el cuidado y desarrollo de las plantas y animales.
Además, indicó que estas materias, conforme se han ido consolidando algunas visiones dentro del proyecto, se han ido acoplando acorde a los contextos de los estudiantes, para que les sirva en su desarrollo personal durante sus estancias y trayectos.
“El equipo docente, con el director y el equipo administrativo, estamos conscientes de la situación de los alumnos, la estancia temporal a la que se enfrentan, por lo tanto, los esquemas de atención escolar se han ido adecuando acorde a sus contextos y vivencias personales”, expuso.
Asimismo, Guzmán destacó que esto último ha sido lo más importante de tener esta escuela propia y presente para todos los niños que llegan al albergue.
“Porque más allá de todo les ayudamos a conocer y reconocer sus contextos y los de los otros niños; muchos vienen de situaciones similares, pero cada uno en condiciones diferentes y muchos de ellos lo saben, lo entienden, pero aquí les ayudamos para que también lo expresen y respeten a los demás”, expresó.
El profesor añadió que el tener esta escuela y preocuparse por ofrecer una educación de calidad, realza al albergue en sus atenciones “porque la educación es primordial en el país”.