La fortaleza del peso mexicano, que acumula una apreciación de más del 13% frente al dólar estadounidense en lo que va de año, golpea la economía de la frontera norte de México, con impactos en las fábricas y la pérdida de clientes en los comercios locales.
Un ejemplo es Ciudad Juárez, fronteriza con la ciudad estadounidense de El Paso, Texas, donde la industria maquiladora, que es el motor económico, requiere cada vez más dólares para cubrir sus gastos y pagar los salarios en pesos a sus trabajadores.
Por otra parte, los comerciantes mexicanos ven cómo se fugan los compradores al lado estadounidense y los negocios de El Paso ven cada vez más llenas sus cajas de cobro gracias a los consumidores mexicanos que cruzan la frontera para ahorrar en gasolina, víveres, ropa y zapatos.
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Thor Salayandía Lara, vicepresidente nacional de Maquiladora y Franjas Fronterizas de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), explicó que las maquilas manejan sus presupuestos en dólares, por lo que afrontan un encarecimiento de insumos.
Salayandía Lara afirmó que el “superpeso” se ha fortalecido por factores como la llegada de capitales extranjeros atraídos por las altas tasas de interés en México, que el Banco de México mantiene en un récord de 11.25%, y la inversión por el fenómeno de relocalización de cadenas o “nearshoring”.
En julio del 2022, el dólar alcanzó una cotización máxima de 20,94 pesos, según datos del Banco de México, pero esta semana pasada la paridad bajó hasta 16,74 pesos por dólar, lo que significa una caída de cerca del 20% en el último año.
“Una de las cosas negativas es que el costo operativo de la industria maquiladora es más caro. Ahora necesitan más dólares para poder pagar sus compromisos de nómina de cada semana o poder pagar sus compromisos de cada mes. Si antes pagaban la nómina con 1,000 dólares ahora tienen que pagarla con 1,300 dólares”, advirtió el líder empresarial de Ciudad Juárez.
Consumidores mexicanos se van a EE.UU.
Además, los consumidores aprovechan para cruzar la frontera y comprar desde alimentos hasta ropa y zapatos.
“Se beneficia al consumidor y a las importaciones, la gente hace rendir más su dinero en Estados Unidos y la cuestión inflacionaria también se frena un poco, y eso lo podemos rescatar”, explicó Salayandía Lara.
Isaac Cardozo es un médico que tiene un consultorio en la Avenida de Las Américas, que desemboca al Puente Internacional Córdova-Américas que conecta a Ciudad Juárez con El Paso, donde él está aprovechando el “superpeso”.
“Una de las cosas en las que estamos aprovechando es en ir a poner gasolina, pues nos sale mucho más barato que aquí. Mi carro con los 500 pesos que le pongo aquí es medio tanque y si los pongo allá me alcanza para más. Además compramos detergentes, nos vamos a comer, compramos víveres”, indicó Cardozo.
César Fuentes, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef) y autor del estudio “El comercio transfronterizo al menudeo entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas” explicó que así como el flujo de consumidores hacia el norte aumenta cuando se abarata el dólar, el consumo de estadounidenses en México disminuye.
“Tenemos el efecto opuesto de los consumidores que cruzaban de El Paso a Juárez a consumir”, detalló el académico.
“El estadounidense que cruza a Juárez consume medicinas, servicios médicos, restaurantes y algunos productos en tiendas. Estas actividades se han vuelto más caras y productos que antes consumían en supermercados ahora les resultan más caros y esto inhibe el cruce hacia México porque ya no les alcanza para tanto”, ahondó.
¿El fin del superpeso?
Los especialistas creen que es una situación pasajera y que el dólar recuperará su fuerza. Salayandía Lara espera que el dólar suba al menos a los 18 pesos por billete estadounidense en los próximos seis meses y llegue un alivio para la industria maquiladora, que da el 48% del empleo formal en toda la región fronteriza.
Para 2024, prevé el regreso a los 20 pesos por unidad. El investigador del Colef tampoco cree que sea algo permanente, pues tiene que ver con factores externos como el “nearshoring” y cualquier otro fenómeno global puede regresarle la fortaleza al dólar.
Fuente: EFE
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