México ya está disfrutando de los efectos de las empresas occidentales que trasladan sus centros de producción fuera de China, dijo el miércoles Barclays Plc, y estima que solo los seis productos principales podrían significar una oportunidad “única en la vida” de US$ 147,000 millones para el país latinoamericano.
La inversión extranjera directa debería superar los US$ 40,000 millones este año, frente a los US$ 26,600 millones del año pasado, proyectó Barclays en un informe especial.
Lo más importante es que alrededor de la mitad de los flujos de entrada provienen de nuevas inversiones, lo que representa un fuerte aumento con respecto al poco más del 20% que se registró en el 2020. Además, la brecha entre las exportaciones de China y México ha caído al 31%, desde el 62% en el 2017.
El nearshoring “no debe descartarse como una tendencia a corto plazo o compararse ingenuamente con el ‘Momento mexicano’ del 2014 que nunca se materializó realmente”, escribieron los cinco autores del informe. “Por el contrario, es un cambio estructural similar al que trajo la negociación del TLCAN de 1994″.
Según el informe, si México aprovechara plenamente esta tendencia, sus exportaciones a Estados Unidos podrían aumentar en torno al 38%. Se centró en las telecomunicaciones, los muebles, las computadoras, el plástico, los textiles y el calzado como las áreas que presentan las mayores oportunidades.
Scotiabank llegó a una conclusión muy diferente en un informe publicado este mes. México parecía “estar perdiendo inversiones”, señaló, ya que la participación del país en las importaciones estadounidenses cayó en el 2020 y 2021, mientras que, el año pasado, su proporción de inversión extranjera directa mundial fue la más baja desde 2016.
Barclays reconoció que el nearshoring está en sus etapas iniciales y coincidió en que México enfrenta problemas de suministro eléctrico, baja inversión en infraestructura y un débil Estado de derecho y seguridad. Sin embargo, argumentó que la geopolítica, el aumento del costo de la mano de obra en Estados Unidos y China, y las distancias de transporte respaldaban su optimismo.
“En resumen, vemos una clara colaboración entre México y Estados Unidos, y esfuerzos decisivos para aprovechar los objetivos estratégicos de Estados Unidos para impulsar la resiliencia de la cadena de suministro”, señala el informe. “Creemos que, independientemente de las agendas políticas, la tendencia impulsará las capacidades manufactureras de México”.
Mientras que a muchos les preocupa que el escaso suministro de energía limpia de México disuada a los inversionistas, Barclays argumentó que la proximidad de México a Estados Unidos y el menor uso de carbón podrían reducir las emisiones de las empresas hasta en un 60%.