Los cerveceros mexicanos que han padecido los problemas de escasez de botellas y latas enfrentan ahora un nuevo desafío para mantener sus estantes abastecidos: la robusta demanda.
La caída en picada de las ventas durante la pandemia, seguida por un repunte en las compras, creó un efecto látigo y una nueva ronda de tensiones en la cadena de suministro. Eso provocó un aumento de los precios y envió a las tiendas y a sus clientes a descifrar cómo asegurar el suministro en un país en el que Kirin Holdings Co., el fabricante de cerveza japonés, ubicó en el 2020 como el quinto lugar de mayor consumo de cerveza en el mundo.
En Storybird, un distribuidor de cervezas Heineken ubicado cerca de Ciudad de México, el gerente de ventas ha pasado los últimos meses pensando en cómo reabastecer su escaso inventario. La primera cerveza en desaparecer fue la Dos Equis de más de un litro, conocida como una caguama, cuyo envase verde oscuro se volvió difícil de conseguir, le siguieron las botellas grandes de Heineken e Indio.
Para compensar el desabasto, los centros de distribución en el Estado de México o en Veracruz ofrecían otras cervezas hechas por la misma empresa matriz, pero los clientes seguían llamando para quejarse.
“Las primeras llamadas, los primeros focos rojos, fueron en febrero. Nos empezó a fallar la XX Lager”, dijo Ricardo León, de 40 años, el gerente. “A veces no logramos cumplir esa cuota y tenemos que encontrar la manera de llegar. Hay días que se quiebra uno la cabeza y dice: ‘¿Qué hago?’”.
El precio de las cervezas Victoria y Corona, elaboradas por Grupo Modelo, el otro gigante cervecero en México y propiedad de AB InBev, subió 24% desde finales de mayo hasta principios de junio, según una encuesta realizada en tiendas de mayoreo por el diario El Financiero.
A principios de julio, un paquete de 12 latas regulares de Negra Modelo se anunciaba por 216 pesos, o US$ 10.65, en el sitio de entrega Modelorama Now. Sin embargo, en un intento reciente de envío a una ubicación en Ciudad de México, el sitio informaba que no estaban disponibles, dando a los clientes la opción de reemplazarlas por Corona Light, Victoria o la cerveza Vicky con sabor a mango.
Iván Durán González, de 40 años, quien es gerente de una tienda física Modelorama en la ciudad de Zacatecas, presenció compras de pánico de los clientes. Aunque las ventas suelen aumentar en el verano, Durán se sorprendió cuando un cliente compró 50 cajas. Otros que generalmente compraban un solo paquete de 24, en cambio, lo duplicaron.
“Nos han explicado que es por la alta demanda, porque todo el mundo quiere cerveza ahorita”, dijo, y agregó que en 15 años en el negocio, “es el primero que le toca algo así”.
En junio, y debido a la creciente demanda, Heineken México anunció que invertiría 1,800 millones de pesos en una planta de elaboración de latas en Meoqui, Chihuahua, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México. El año pasado, Grupo Modelo dijo que expandiría su planta de vidrio en Veracruz.
Tanto Grupo Modelo como Heineken México declinaron responder a preguntas por parte de Bloomberg News.
Mientras tanto, productores de cerveza más pequeños han comenzado a comprar grandes cantidades de botellas para asegurarse de no quedar fuera del mercado. Veinte empresas afiliadas a la Asociación de Cerveceros Independientes y Artesanales de México, conocida como Acermex, compraron 365,000 botellas de vidrio durante el último año a un solo proveedor mexicano, dijo la directora Cristina Barba Favá.
“Además del aluminio y del vidrio, hay escasez de malta”, dijo Barba. “Al final, nuestro producto sigue estando disponible, solo es más costoso. Hay desabasto de vidrio y de lata, pero solventamos esa necesidad. Estamos hablando de precios más altos, una subida de 20% o 25% de nuestros costos”.
Actualmente, algunos de los problemas de la cadena de suministro comienzan a solucionarse.
José Ramón Ruiz, de 46 años, que suministra malta importada de Alemania y Estados Unidos a empresas mexicanas de cerveza artesanal, dijo que las mejoras en los envíos ahora significan que ya no tiene que esperar tres meses por los productos. Hoy en día hace los pedidos menos de dos meses antes de que necesite reemplazar el inventario, ya que un contenedor tarda solo tres semanas en llegar desde Europa.
Él sospecha que la alta demanda, tanto a nivel nacional como internacional, es la mayor culpable de los problemas actuales de la cerveza.
“Al haber escasez de lata, el cambio natural del cervecero es sustituirla por botella. Se crea un pico de consumo de botellas, y los fabricantes nacionales no tienen la reacción necesaria”, dijo. “Hay un tema de la disponibilidad de la materia prima, pero creo que es más el incremento en demanda que la baja en la oferta”.