El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, salió reforzado frente a la política de aislamiento diplomático y sanciones de Washington al recibir respaldo de Lula en Brasil, pero el estancamiento de negociaciones con la oposición hacia las elecciones de 2024 mantiene incertidumbre, según analistas.
Maduro ha sido favorecido por el viraje a la izquierda de países como Argentina, Colombia y en última instancia Brasil con el regreso a la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, mientras sus rivales perdieron fuerza en la medida que naufragaba su ofensiva para sacarlo del poder.
“El aislamiento político creo que quedó atrás. Inclusive gobiernos que tienen amplias diferencias con el gobierno de Maduro han optado por mantener o reanudar relaciones diplomáticas”, declaró a la AFP Mariano de Alba, asesor senior del International Crisis Group, tras la visita del mandatario venezolano a Brasilia para una reunión de presidentes de Sudamérica.
Hay, sin embargo, obstáculos: la parálisis desde noviembre de la mesa de negociación entre Maduro y la oposición para acordar las condiciones de las próximas elecciones presidenciales y las denuncias de violaciones de derechos humanos en Venezuela generan confrontación.
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La cita en Brasilia reflejó esas diferencias. Lula dijo que las acusaciones de autoritarismo contra Maduro eran una “narrativa construida”, provocando duras reacciones de sus pares de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y Chile, Gabriel Boric.
“Lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo”, dijo Lacalle Pou. “La situación de los derechos humanos en Venezuela no es una construcción narrativa, es una realidad”, expresó Boric.
El politólogo Pablo Andrés Quintero piensa que “la imagen de Lula fortalece la narrativa política de Maduro”, lo que puede ayudarle en una “agenda de reinserción” internacional para “presionar” por el levantamiento de sanciones.
Según una nota de la firma de riesgo político Eurasia Group, el cambio progresivo en la “postura regional” sobre Venezuela hace “incómodas las políticas aislacionistas” que mantiene Washington pese a acercamientos con Caracas por el impacto de la invasión rusa a Ucrania sobre el mercado petrolero.
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“Dirección correcta”
“Sacar a Maduro del aislamiento” no “es tan fácil”, dice una fuente diplomática de Brasil. “La integracion económica es difícil con las sanciones”, un tema que depende de Estados Unidos, agrega.
A su regreso a Caracas, Maduro celebró la cumbre como “un paso certero en la dirección correcta” para un reencuentro entre los gobiernos sudamericanos.
Este encuentro llegó poco más de un mes después de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, organizara en Bogotá una reunión de cancilleres y representantes diplomáticos para intentar “destrabar” las negociaciones entre Maduro y la oposición.
Mariano de Alba destaca que la negociación es clave: Lula y Petro, dice, “compran los argumentos de Maduro, pero al mismo tiempo reconocen que la situación actual no es sostenible”, pues la falta de acuerdos llevaría a Venezuela “a una crisis económica más profunda” con impacto migratorio.
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Más de 7 millones de venezolanos han migrado por la crisis, la gran mayoría hacia otros países latinoamericanos.
La administración de Joe Biden se ha declarado dispuesta a flexibilizar financieras si hay acuerdos, pero Maduro, públicamente, no da su brazo a torcer.
“Nos tiene sin cuidado que ellos digan algo o no”, expresó el gobernante socialista en marzo.
Maduro cumplió en Brasil su primer viaje oficial desde noviembre, cuando fue a Egipto por la Conferencia de las Naciones Unidas dobre el Cambio Climático, donde se cruzó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ha abogado por “diversificar” fuentes de suministro de crudo, con apertura a Venezuela e Irán.
“Mover el tablero”
Debilitada y fracturada, la oposición intenta recomponerse después de que el simbólico “gobierno interino” del dirigente opositor Juan Guaidó -reconocido por Estados Unidos y medio centenar de países en 2019- fuese eliminado por sus propios aliados en enero.
“No hay garantías de que vamos a tener una elección competitiva el próximo año; es decir, tenemos que mover el tablero y el gobierno de Estados Unidos tiene que ayudar”, dijo en un foro el precandidato presidencial Henrique Capriles, quien enfrentó en las urnas al fallecido Hugo Chávez, en 2012, y a Maduro, en 2013.
Capriles cree que el aislamiento de Venezuela, “lejos de recuperar la democracia”, derivó en la “estabilización” de Maduro.
Otros líderes opositores como Guaidó, quien huyó a Estados Unidos en abril, consideran que abandonar esa línea es un error. “No es narrativa, son crímenes sin justicia”, publicó en Twitter, acusando a Lula de “pretender blanquear una dictadura”.
Fuente: AFP
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