Las personas que han recibido, al menos, una vacuna contra la gripe tiene un 40% menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en el transcurso de cuatro años, según una investigación.
El estudio, firmado por científicos de la estadounidense UTHealth Houston, comparó el riesgo de incidencia de la enfermedad entre personas con y sin vacunación previa en casi dos millones de personas de 65 años o más.
La vacunación contra la gripe en los adultos mayores “reduce el riesgo” de desarrollar alzheimer durante varios años y ese efecto protector aumentaba con el número de años que una persona recibía una vacuna anual, señaló uno de los firmantes, Avram Bukhbinder, en un comunicado.
El investigador consideró que futuras investigaciones deberían evaluar si esta vacuna también se asocia con la tasa de progresión de los síntomas en los pacientes que ya tienen demencia de Alzheimer.
Estudios anteriores han encontrado una disminución del riesgo de demencia asociada a la exposición previa a varias vacunas en la edad adulta, como las del tétanos, la poliomielitis y el herpes, además de la vacuna de la gripe y otras.
El estudio que ha sido aprobado para su publicación en Journal of Alzheimer’s Disease, analizó a dos grupos, formado cada uno por 935,887 personas, uno de vacunados contra la gripe y el otro no.
Los participantes tuvieron cuatro años de seguimiento y en las citas de control se vio que alrededor de 5.1% de los pacientes vacunados contra la gripe había desarrollado la enfermedad de Alzheimer, frente a un 8.5% de los no vacunados.
Estos resultados, según el equipo, “ponen de manifiesto el fuerte efecto protector de la vacuna antigripal contra la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los mecanismos subyacentes a este proceso requieren más estudios”.
El líder del estudio Paul Schulz destacó que “dado que existen pruebas de que varias vacunas pueden proteger de la enfermedad de alzheimer, pensamos que no se trata de un efecto específico de la vacuna contra la gripe”.
El sistema inmunitario es complejo, y algunas alteraciones, como la neumonía, pueden activarlo de forma que empeore el alzheimer, pero otras pueden hacerlo de manera diferente y una de ellas protege de esta enfermedad, agregó.
“Está claro -señaló- que tenemos que aprender más sobre cómo el sistema inmunitario empeora o mejora los resultados de esta enfermedad”.
Además, a medida que pase más tiempo desde la introducción de la vacuna contra el COVID-19 y se disponga de datos de seguimiento más prolongados, Bukhbinder dijo que valdrá la pena investigar si existe una asociación similar entre esta y el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.