La reanudación este lunes de las exportaciones de granos ucranianos, de los que dependen muchos países, es un tema estratégico en el conflicto entre Ucrania y Rusia.
“Señal positiva”
Tras la firma, el 22 de julio, de un acuerdo entre Ucrania y Rusia, bajo la égida de la ONU y con Turquía como mediadora, el lunes por la mañana zarpó del puerto de Odesa (sur) el primer barco cargado de grano ucraniano, con destino a Líbano.
“Se espera que llegue a Estambul el 2 de agosto. Continuará su ruta hacia su destino tras inspecciones en Estambul”, dijo el ministerio de Defensa turco.
Según el ministro ucraniano de Infraestructura, Oleksandr Kubrakov, el barco transporta una carga de 26,000 toneladas de maíz.
Para Gautier Le Molgat, analista de Agritel, “es una señal positiva” porque “tranquilizará” a los mercados mundiales y a los países importadores.
“Pero no es un barco grande”, señaló, y estimó que Ucrania no exportará grandes cantidades en esta etapa.
Antes del conflicto, el 90% de las entregas de trigo, maíz y girasol de Ucrania se hacían por mar y la mayoría de ellas a través del puerto de Odesa, que representa el 60% de la actividad portuaria del país.
Líbano, “un símbolo muy fuerte”
Según el Observatorio de la Complejidad Económica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que recopila datos sobre el comercio internacional, Líbano importó más del 60% de su trigo de Ucrania en el 2020, lo que le hace muy dependiente de los envíos ucranianos, al igual que Egipto, Marruecos, Indonesia y Pakistán.
“Es un símbolo muy fuerte” enviar el primer barco al puerto de Trípoli (norte), dijo Claude Georgelet, director de AgritechTrade, según el cual como “las negociaciones estuvieron bajo la égida de la ONU, había sin duda una obligación moral de ayudar a los países con dificultades en el frente alimentario” como Líbano.
Sin embargo, la vuelta a la normal no será inmediata. Ningún país ha conseguido compensar la escasez de grano provocada por el conflicto iniciado en febrero, lo que aumenta el riesgo de hambruna.
“Muchos interrogantes”
Si bien el acuerdo firmado el 22 de julio suscita verdaderas esperanzas a escala internacional, también plantea incertidumbres sobre la reanudación operativa del tráfico marítimo en el mar Negro.
Le Molgat se mostró “dubitativo” sobre “la posibilidad de reanudar el ritmo de exportaciones de antes de la guerra” desde Ucrania. “Todavía estamos muy lejos de ver cómo se desarrollará este corredor en el día a día”.
En el 2020, Ucrania proporcionaba el 13% de las exportaciones mundiales de maíz y el 9% de las de trigo y colza.
Precios muy altos
Unos veinte millones de toneladas de grano están actualmente bloqueados en los silos de los puertos del mar Negro.
Para hacer frente a las dificultades logísticas, Ucrania y sus aliados europeos han tenido que hacer grandes esfuerzos en las últimas semanas para evacuar el grano por carretera o ferrocarril, pero sin conseguir compensar las exportaciones en los puertos, seis veces mayores.
En los mercados, “los inversores ya anticipaban” un acuerdo “desde mediados de mayo”, con una ligera caída de los precios, señaló Claude Georgelet, que lleva 25 años analizando los mercados agrícolas.
La incertidumbre sobre los suministros había provocado un aumento de los precios del maíz y el trigo, que desde entonces se han estabilizado en un nivel muy alto: +38% y +25% respectivamente en comparación al 1 de enero.