Sin recursos para afrontar los costes de las dotes tradicionales para conseguir esposa, la juventud afgana alarga la espera para contraer matrimonio, una carga que, según la sociedad afgana, recae en los hombres.
“La pobreza y el desempleo son los principales problemas que hacen con que los jóvenes permanezcan solteros durante mucho tiempo y no puedan casarse”, declaró a EFE el director cultural de la fundación benéfica Shuhada y organizador de bodas multitudinarias, Mohammad Kazim Urfani.
Las bodas masivas son una opción en este país, que ve inapropiado los gastos excesivos en los enlaces matrimoniales y las dotes.
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“Hace menos de un mes anunciamos sesiones de bodas colectivas, y hasta ahora recibimos 80 solicitudes”, afirmó el director de la fundación Wasl-eKawsar y organizador de bodas, Idris Rasuli.
Mustafa y su novia esperaron por más de tres años para celebrar su boda, algo que no sucedió, ya que no podían cubrir los gastos de la ceremonia ni la dote.
La historia es similar para Murtaza Admadi, de 25 años, que se casó en 2020, pero con el regreso al poder de los talibanes en agosto de 2021 perdió su trabajo y fue incapaz de asumir la deuda de la ceremonia.
“Es muy duro esperar tanto tiempo y no poder empezar nuestra propia vida familiar debido al alto coste de la boda y la dote”, dijo a EFE.
Los gastos de una boda tradicional oscilan entre los 200,000 y 300,000 afganis (entre US$ 2,800 y US$ 4,000), pero con una ceremonia de boda colectiva reduce el gasto a US$ 150 y US$ 200, agregó.
La dote que debe pagar un hombre a la familia de la mujer supone un gasto adicional de entre US$ 3,000 y US$ 15,000, lo que fuerza a muchos a buscar trabajo en el exterior para asumir los costes.
“Muchos de nuestros jóvenes han estado emigrando para sufragar el elevado coste de la boda tradicional y la dote, pero las bodas colectivas les ayudan a reducir la dote y pagar los gastos de la boda, incluidos algunos artículos necesarios para los recién casados”, indicó a EFE Rasuli.
Mohammad Ayube, de 25 años, se comprometió en 2020 y se vio obligado a migrar al Reino Unido en 2021 para conseguir el dinero necesario para contraer matrimonio.
“No había manera de seguir en el país, sin trabajo, sin otra oportunidad de ingresos, a pesar de estar comprometido... aquí tengo permiso de trabajo limitado y espero poder ganar suficiente dinero para enviar para mi boda y mi familia”, dijo Ayube a EFE.
Otros, como Shukrullah Rohani, iniciaron campañas para pedir dinero prestado a familiares y amigos para asumir los gastos de la boda.
“Hasta ahora he pedido prestados 90,000 afganis (US$ 1,200) para pagar la dote, pero todavía necesito 40,000 afganis (US$ 570)”, dijo a EFE.
Aunque en algunos casos las mujeres contribuían al pago de las bodas, la llegada al poder de los fundamentalistas comportó a una plétora de restricciones que les priva de derechos como el libre movimiento, estudiar o trabajar.
“A pesar de que el número de mujeres que tenían trabajo era limitado, suponía un gran impulso para la sociedad, especialmente para las parejas que debían pagar los gastos de la boda y la nueva vida matrimonial”, sentenció la activista social, Nahid Noori.
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