El impulso detrás de la vicepresidenta Kamala Harris no solo está elevando la moral de los demócratas en todo Estados Unidos previo a las elecciones de noviembre próximo, sino que también está beneficiando a quienes venden todo tipo de recuerdos de carácter político en la convención partidaria de Chicago.
En los pasillos de la gran reunión demócrata se encuentran un par de zapatillas rosadas con las letras K y H bordadas junto a piedritas plásticas y lentejuelas brillantes.
En una camiseta se lee “viejas gatas para Kamala”, transformando en eslogan de campaña una declaración de tono misógino efectuada por J.D. Vance, compañero de fórmula del candidato republicano Donald Trump.
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Después de realizar sus compras y entre dos discursos, los militantes demócratas se relajan en una zona de descanso llamada “Coconut Tree Club”, una referencia más a una de las citas de la candidata demócrata que se ha vuelto viral en redes sociales.
Esa afirmación se remonta a 2023, durante un discurso sobre la igualdad de oportunidades en la educación: “Mi madre a veces era un poco estricta con nosotros y nos decía: ‘No sé qué les pasa, jóvenes. ¿Creen que se acaban de caer de un cocotero? “, dijo la exsenadora, estallando en carcajadas.
Una imagen lo suficientemente llamativa como para dar la vuelta a Internet y a los stands de la convención.
Los vendedores de camisetas, carteles, bolígrafos, tazas, joyas y otras chucherías, que esperaban una convención no muy efusiva cuando aún se perfilaba como candidato el octogenario presidente Joe Biden, celebran este cambio de estrategia que beneficia a sus negocios.
Comparable con Barack Obama
“Podemos decir que la excitación y el entusiasmo en torno a Kamala Harris y Tim Walz (su compañero de fórmula) no tiene nada que ver con lo que rodeó a Joe Biden, o incluso a Donald Trump”, sostiene Brian Randolph, que ocupa un stand en la convención demócrata.
Randolph añadió que “podríamos compararlo con (el expresidente) Barack Obama, porque existe la posibilidad de hacer historia. La gente está orgullosa” de participar en su nominación oficial.
Su empresa, con sede en el estado de Alabama, no se lanzó a la venta de parafernalia política hasta la entrada de Kamala Harris en la carrera electoral. Y la considera una apuesta ganadora.
Si bien estos productos no cambian la opinión de los trumpistas, podrían ayudar a la movilización interna en el campo demócrata.
La empresa de Randolph, que sigue la campaña de Kamala Harris en todo el país, confirma el resurgimiento del entusiasmo... y de sus ventas.
Hasta hace poco, era principalmente entre los activistas del bando opuesto, en los mítines del republicano Donald Trump, donde más llamaban la atención las gorras, camisetas y trajes de tono 100% político.
En la convención republicana celebrada recientemente en Milwaukee, la icónica imagen de Trump levantando el puño y con la oreja sangrando tras el intento fallido de asesinato que sufrió en julio, aparecía en todas las camisetas.