El Banco Central de Japón (BoJ) y las tres mayores entidades financieras de esta país están preparando un programa piloto de dos años con un yen digital por un periodo de dos con el fin de verificar si es viable este tipo de divisa, según informes del diario Nikkei.
Durante el programa, el BoJ trabajará junto a bancos del sector privado para poner a prueba los depósitos y la retirada de dinero de las cuentas para verificar si la moneda digital puede funcionar sin acceso a internet en caso de emergencia.
En función de los resultados obtenidos de la prueba piloto, la entidad japonesa decidirá si seguir adelante con el uso de un yen digital a partir del 2026, según las filtraciones publicadas durante la madrugada de este jueves.
El Banco de Japón es uno de los bancos centrales que está explorando el despliegue de una divisa digital como complemento o eventual sustituto del efectivo, a medida que aumenta la actividad económica en línea.
Otros países y regiones que están explorando este tipo de divisa son China, Estados Unidos o la Unión Europea (UE).
El BoJ ya realizó una prueba interna al respecto que se prolongó entre el 2021 y el presente año para probar las funciones básicas de una divisa digital, como su emisión y circulación. El programa que se pondría en funcionamiento el año que viene sería la etapa final del test.
El banco central japonés estaría trabajando también con empresas privadas de tecnología financiera y proveedores de IT para desarrollar medidas de seguridad como la verificación de identidad.
Más allá de las cuestiones técnicas, cursar un yen digital requiere de la participación del público, todavía muy arraigado al efectivo en Japón, y la adecuación de las leyes nacionales y los sistemas pertinentes para su uso, lo que llevará algún tiempo.
El BoJ seguirá emitiendo efectivo junto con el yen digital, según Nikkei.
A diferencia de otro tipo de criptomonedas que son aceptadas en determinados comercios, el yen digital debería poder usarse en cualquier lugar donde se acepte efectivo para mayor comodidad.
Japón se convirtió en el 2016 en uno de los primeros países en regularizar criptomonedas como el bitcóin, la más popular de las divisas de este tipo, que se caracteriza por su descentralización y por emplear las tecnologías de la cadena de bloques y de la criptografía para garantizar su seguridad.
El auge de las criptomonedas ha puesto en guardia a las autoridades financieras y a los bancos centrales de todo el mundo, que ven en esas divisas virtuales un potencial vehículo para actividades ilícitas, además de una amenaza a largo plazo sobre su control de la política monetaria.
En este sentido, el establecimiento de una divisa digital administrada por el banco central buscaría reducir esos riegos, aunque su despliegue se enfrenta a sus propios desafíos, como la piratería y la gestión de la información personal de usuarios.
(Con información de EFE)